Abrazar es recargar el corazón… con los latidos de otro.


Por más problemas que se te presenten en la vida, siempre habrá tiempo para recibir o dar un abrazo. Para muchos, quizás no tenga importancia pero, abrazar a alguien, se trata de conectar tú alma con la de esa persona hasta tal punto que llegue a "reiniciarte". Podría tratar de explicarte que se siente pero, a día de hoy no encuentro la manera de describirlo ya que, es algo "indescriptible".

Todos hemos tenido momentos en nuestra vida en los que sin motivo alguno, nos sentimos "tristes", sentimos que nuestra vida no tiene sentido y nos cuestionamos a diario que hemos hecho mal en la vida para sentirnos así. Permíteme responderte y aclararte tus dudas: “NADA EN ABSOLUTO”. Somos humanos y como tal, tenemos sentimientos y a veces los mostramos de manera inconsciente y ni tú ni nadie puede llegar a controlarlos. Lo bonito de la vida es exactamente eso, poseer el mayor número de sentimientos posibles sin  miedo a mostrarlos.

En ocasiones, me gusta recordar todos esos momentos que me hacen felices para poder llevar mejor mi día a día. Todo lo que nos hace feliz siempre permanecerá en nuestra memoria. No importa las personas que dejes atrás a lo largo de tú vida, a las que realmente les importamos permanecerán a nuestro lado y los que por el contrario decidan seguir con sus vidas, desearles suerte, probablemente la necesiten mucho más que tú.

Posiblemente, en algún momento de tú vida has tenido que vivir en primera persona el dolor y sufrimiento de alguien cercano ya sea: un familiar, un amigo o hasta sentir tú propio dolor. Puedes intentar darle a esa persona todo el apoyo posible, diciéndole que todo va a estar bien y que todo tiene solución aunque en realidad en ocasiones, no la tenga. Sientes como cada minuto que pasa, su sufrimiento se agrava más y más, cada lágrima que derrama podría vaciar el océano en cuestión de segundos sin embargo, decides seguir a su lado en silencio intentando que poco a poco se calme. Con un poco de miedo, decides darle un abrazo a esa persona(ya que sabes que nunca te lo pedirá) pero creedme, en un momento así todos lo necesitamos. 

No importan los motivos y mucho menos si tiene  sus razones o no para estar así, tan solo hazlo. Abraza a esa persona y permanece a su lado el tiempo que necesite nunca sabes cuando será el día que necesites tú ese abrazo. Cuando abrazamos a alguien, le transmitimos toda esa buena energía que necesitan para sentirse mejor. Podría decirse que, es la forma más bonita de decir en silencio: “Estoy contigo y no me voy a separar de ti”.

En mi caso, he vivido situaciones donde creía que jamás se acabaría el dolor y el sufrimiento que estaba sintiendo y nada ni nadie podía frenarlo. En ocasiones, momentos de "llanto incontrolables" que, a veces ni yo mismo me creía lo que estaba ocurriendo.¿En serio creen que vale la pena sentirse así?. Hoy puedo decir con seguridad que no pero, cuando vives momentos así, sientes que el mundo se te viene encima y no encuentras  la salida a eso que te ocurre. Sí, la solución también fue un abrazo en este caso, de mi madre con lágrimas en sus ojos. Me repetía una y otra vez, que todo iba a estar bien y que lo solucionaríamos juntos. Me sentí tan feliz en ese momento que, hasta sonreí (todos sabemos lo que cuesta hacerlo en momentos así).

La vida nos pone una serie de “pruebas” a lo largo de ella que, solo los valientes podremos superar. Evadir un problema no es solucionarlo sino agravarlo ya qué, en cualquier momento deberemos de lidiar con él y quizás, la solución que teníamos en el momento que ocurrió el problema, ya no sirva para nada.

Yo creo que, el ser humano está diseñado para "sufrir". Sí, como lo leen os parecerá una locura pero, si te pones a pensarlo fríamente, todo lo que hemos sufrido(a veces desde muy temprana edad) al menos en mi caso, me hace sentir como si fuese un “superhéroe” y que mi súper poder fuese, afrontar todos los problemas de mi vida por muy difícil que parezcan.

Recuerdo qué hace unos años solía ponerme nervioso por prácticamente todo, sentía esa "ansiedad" que todos hemos sentido alguna vez cada vez que nos ocurría algo malo. Me pasaba noches sin dormir pensando en el problema(como si dejar de dormir fuese a solucionarlo). Con el paso del tiempo, aprendí a controlarlo y por sorprendente que parezca, fue gracias a mi prima que en ese entonces, era un bebé de tan solo 2 años. Y ahora os estaréis preguntando: ¿Cómo es eso posible?. Pues lo es. Os resumiré la historia brevemente…

Una tarde, llegué a mi casa del trabajo muy estresado, tenía un problema bastante serio que involucraba temas financieros y por no preocupar a mi familia, quise solucionarlo por mi cuenta sin embargo, ya no podía más y estallé por completo. Rompí a llorar como un niño pequeño y me fui al salón de mi casa donde me acosté tratando de dormirme. De repente, sentí una sensación muy extraña(esas de cuando sentimos que tenemos a alguien cerca). Era mi prima pequeña. se acercó a mí  y sin apenas hablar, me miró a los ojos y al ver que estaba llorando,  se subió al sillón y me abrazo. Lo recuerdo y aún se me ponen los pelos de punta. Un bebé de apenas dos años sin apenas conciencia sobre la vida, me acababa de dar una lección(y yo preocupándome por cosas que tienen solución).

A partir de ese momento, comprendí qué los abrazos como los besos, se dan con el alma y se sienten en el corazón...

Un gesto tan simple pero profundo qué cambia nuestra vida en cuestión de segundos.

Josep Ramos.



Comentarios

Entradas populares