Recuerda… cuando perdonas, sanas y cuando sueltas, creces.


Es curioso cómo, las personas viven su vida rodeados de "odio" y malas ideas por el simple hecho de qué, otras personas les han hecho daño. ¿Acaso nunca has hecho daño a nadie? Posiblemente, muchas más veces de las que recuerdas. Apaga tú "orgullo" por un momento y consúltalo con tú mente y sobre todo con tú corazón, y obtendrás la respuesta. Siempre, haremos daño a personas que no lo merecían y también del mismo modo, nos lo harán a nosotros sin merecerlo. Puedes asumirlo y continuar con tu vida, o por otro lado, puedes seguir cuestionando el por qué de tanto dolor y de tan poco amor en tú vida. 

Simple, el problema es tuyo preocupándote por problemas que no tienen importancia, Es culpa tuya por perder tiempo con personas qué, han seguido viviendo su vida mientras tú vida continúa en “pausa”. Piénsalo de este modo, ¿Todo ese “odio” que sientes por personas que te han hecho daño te ha servido de algo en tú vida? Seguramente no, y mientras tú odias otros, viven.

 La vida, se trata de superar y afrontar los retos que se nos presentan. Muchas veces, el resultado no será de tu agrado pero ten algo muy presente en tu mente cada día que cuestiones tu vida: “La vida es injusta” y lo seguirá siendo cuando ya no formes  de este mundo. No cuestiones la vida de las demás personas por "aparentemente" ser mejor que la tuya no conoces sus problemas, no conoces por lo que están pasando, ni la batalla que luchan cada día. Juzgar, es el primer paso hacia la ignorancia ya qué, juzgamos a personas que ni conocemos, creyendo saber todo de esa persona  tan solo, por lo que nos contaron. Existen dos tipos de personas: las que viven con una "venda" en los ojos y todo lo que opinen los demás de ti lo creen y por otro lado, están las personas que no creen lo que no ven y mucho menos, sin conocer a la persona.

Aprende a decir “no” a sentir odio por personas que no supieron valorarte y da las gracias, por lo que esas personas te enseñaron a lo largo de tu vida. Tú vida continua y esa persona no merece: ni tú cariño, ni tú amor, ni tú sabiduría pero si, tu respeto. La lección de vida que aprendiste dejando ir a esa persona que te hacía daño, ya no te convierte en "el alumno" sino, en "el maestro" de tú vida recuérdalo.

Dejar ir a personas que no nos merecen, tan solo es una forma de recordar lo mucho que nos queremos a nosotros mismos. No dejas ir por falta de sentimientos dejas ir, porque simplemente, tú felicidad no es negociable.

Perdonar para crecer, dejar ir para vivir.

Josep Ramos.



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares