Si te enfocas en la herida, continuarás sufriendo. si te enfocas en la lección, continuarás creciendo.

Quizás sea una de las reflexiones más acertadas que nos puede ofrecer la vida y que sin embargo, dejamos pasar de largo. Muchas veces, nos centramos tanto en lo que nos hace daño que literalmente, dejamos de vivir. Comenzando a ser alguien que no nos identifica con la persona que somos en realidad, una persona alegre y alocada que le sonríe a los problemas a diario, ya que sabe, que tarde o temprano se solucionarán. Cada año de vida, me doy cuenta de qué me he convertido en una persona más fuerte que el año anterior y en cierto modo, eso también es crecer como persona. Me he dado cuenta ya que, lo que años atrás me causaba "dolor o tristeza" hoy, simplemente me da risa o tan solo es un "check list" en una larga lista de momentos de mi vida que he vivido anteriormente y en la actualidad se repiten. 

Las personas que me conocen, saben lo sentimental que puedo llegar a ser. Me emociono con frecuencia con todos esos pequeños y bonitos detalles que hacen las personas que me quieren por mí y sinceramente, me da vida sinceramente, momentos así, no los cambiaría por nada en el mundo. Dejé atrás todas esas preocupaciones que,  castigaban cada noche  mi mente donde, reflexionaba una y otra vez como resolver ese problema que, tanta vida me estaba quitando sin darme cuenta. No conozco a nadie que haya resuelto sus problemas en la vida por el simple hecho de pensarlos con más frecuencia por lo tanto, decidí priorizar mi vida antes que los problemas que se me presenten en ella.Por supuesto que nuestra mente nos juega malas pasadas y es inevitable no pensar en algo que nos preocupa sin embargo, la mejor forma de resolverlo y que a mí personalmente me ha funcionado es la siguiente:

Debes reflexionar "fríamente" sobre ese problema y conocer sus causas para poder resolverlo. No se trata de cuál es la manera más fácil de hacer que ese problema desaparezca sino, de que hayas superado esa preocupación. Cuando liberas tu mente de todo aquello que te hace daño, es cuando realmente piensas con claridad y tomas las decisiones adecuadas. Deja atrás "la impulsividad" de resolver los problemas en ese mismo instante, ya qué, no servirá de nada. te pondré algunos ejemplos para que puedas entenderlo mejor.

Supongamos que, después de tantos años de relación con tu pareja, ella ha decidido terminar con la relación. llevaba meses tratando de decírtelo pero en cierto modo, sentía ese “miedo” a tú reacción porque, cuando algo no te agrada, tu impulsividad se encarga de ser la "protagonista" en ese tipo de situaciones. Lo normal en estos casos, se podría dividir en tres fases y cada una de ellas en un grado de intensidad, dependiendo de cada persona. La primera fase, es ese momento en el que la "ira y la rabia" se apoderan de nosotros y comenzamos a expresar esos pensamientos negativos sobre esa persona que te ha hecho daño. Quizás no lo creas pero, en cierto modo, siempre lo has pensado sobre él/ella todo lo que entre tanta rabia acabas de decirle y aunque no lo creas, eso demuestra que llevas tiempo engañándote a ti mismo, ya que, no has sido sincero con la otra persona. Quizás ese sea uno de los motivos por el cual ella decidió acabar con la relación.

En la segunda fase, es la que yo llamaría: “la fase de la oscuridad”. Nada te hace sentirte bien, te sientes triste(en ocasiones sin motivo aparente) deseas despertar una mañana y que todo haya sido un sueño pero, aunque tú corazón sienta que todo volverá a ser como antes, tú mente sabe que la realidad es otra totalmente distinta. Pasan las semanas, y comienzas a culparte por todo el daño que le hiciste a la otra persona, analizando todas y cada una de las cosas que ella te decía y qué, nunca le pusiste importancia . Ahora entiendes el valor de querer a una persona cada día y no acostumbrarte a la "rutina" por el simple hecho de que seáis una “pareja estable”. Sinceramente, no hay nada estable en esta vida, en ocasiones, tu vida será como una montaña rusa y en otras, se tratará de ir subiendo escalón tras escalón hasta llegar a la cima. No te acostumbres a estar en lo más alto ya que, caerás en picado ni tampoco te acostumbres a estar en lo más bajo o no tendrás nada por lo que luchar y vivir en tu vida recuérdalo. Lo mismo sucede en el amor, si no lo cuidas a diario alguien lo hará por ti.

En esta última fase, a la que yo llamaría: “paz mental” es un estado en el que, cuando conseguimos llegar a él en mi opinión, nos vuelve “invencibles”. No nos importa nada en absoluto salvo nuestros logros, nuestro bien estar, y ser felices en la vida ya qué, todo lo negativo que se nos presenta en la vida, con un abrir y cerrar de ojos, conseguimos olvidarnos de ello por completo. Ya no escuchas a tú mente sino a tú corazón, y le complaces haciendo todo aquello que le hace sentir bien y en consecuencia, haces lo que a ti te hace realmente feliz. Vives tu vida sonriendo a diario, mientras el resto del mundo vive “amargado” por todos esos problemas y preocupaciones que no son más que: “obstáculos pasajeros” que se nos presenta en la vida. La gran diferencia es qué, mientros  ellos han  perdido su tiempo preocupados por sus problemas, tú lo has ganado en sabiduría. Mientras esas personas sufren a diario por todo aquello que ya no debería afectarles ya que, son cosas que forman parte de su pasado Tú sin embargo, has priorizado vivir el presente sin pensar en el futuro ya qué, nuestro futuro será creado por nuestras acciones en el presente.

Desarrolla tu mente y nada podrá destruirte. La importancia de creer en ti mismo es saber que en la mayoría de ocasiones en la vida, solo te tendrás a ti mismo para seguir adelante.

Fracasan las personas que dejan que la palabra: “No” viva en su mente durante toda su vida.

En mi mente, solo hay espacio para los conocimientos que he adquirido a lo largo de mi vida y para lo mucho que me queda aún por aprender.

Problemas creados por nuestra mente y que la solución también se encuentra en ella.

Josep Ramos.






Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares