"Pensar de más es la enfermedad terminal de los sentimientos”

He llegado a la conclusión de qué, nuestra mente tiene la culpa de todo. Es la culpable de que algo nos haga daño más de la cuenta, es la culpable, de nuestros desvelos cada noche preocupándonos por cosas aún sabiendo, que tienen solución y es la principal causante de qué, el amor sea fugaz y poco duradero.Quizás nunca lo hayas pensado pero ¿Has pensado alguna vez todo lo que has perdido por culpa de tus pensamientos?. Tratamos de buscarle la perfección a la vida, cuando no es perfecta. Somos capaces de amar a alguien durante largos años de nuestra vida pero que sin embargo, una mala acción por parte de esa persona hace que ese amor se destruya por completo. De nada sirve enamorarse, si tu mente es más fuerte que tus sentimientos hacia esa persona y  "tu mente"toma las decisiones por ti en vez de tomarlas tu mismo. 

En cierto modo, todos somos hemos sido personas “inseguras” en algún momento de nuestra vida. En el caso del amor, todos hemos tenido, ese “amigo” que trata de "aconsejarnos" cuando tenemos un problema de pareja creyendo que la solución que nos proponen es la correcta cuando en realidad, es todo lo contrario. No debemos escuchar las opiniones de los demás ni los consejos(al menos en el amor) si lo haces, solo estarás creando en tu mente "inseguridades" que en realidad no existen.Comienzas a tener esa "desconfianza" hacia tu pareja cuando la confianza es la base de toda relación. Comienzan a aparecer esos: “celos enfermizos” que antes ni sentías porque, simplemente te preocupabas más por vivir una vida feliz al lado de esa persona qué, estar malgastando tu tiempo en: “pensamientos tóxicos” que cuando fríamente reflexionamos, llegamos a pensar que tenemos algún problema de bipolaridad ya que, nunca antes habíamos actuado así.

Pasa el tiempo, y tu relación comienza a apagarse, como cuando enciendes una vela  y la llama, comienza a apagarse  lentamente pues, exactamente lo mismo comienza a ocurrir con tus sentimientos hacia esa persona. Ella te pregunta una y otra vez si te pasa algo, preguntándose el porqué de tu cambio de actitud hacia ella. En esos momentos, dos sentimientos que si no lo usas correctamente, pueden llegar a ser un arma de doble filo se cruzan: “la sinceridad y la mentira”. Desgraciadamente, respondes con la mentira diciendo que todo está bien y utilizas “el victimismo” como excusa haciéndole creer que tan solo es una "paranoia" de ella y que no se preocupe. No es la mentira lo que debe preocuparte en esos momentos sino, tu capacidad de hacerte daño a ti mismo sin apenas importarte eso sí debería darte “miedo”.

Llega el momento en que ya no puedes más, te cuesta dormir, la miras a los ojos, y observas la tristeza en su mirada sintiendo un sentimiento tan "desgarrador" que sientes, como si tu corazón hubiese dejado de latir en ese mismo instante. Dudas por momentos, y hasta incluso, estás dispuesto a confesarle que ya no sientes lo mismo por ella, que el amor se había acabado y qué, lo mejor era que cada uno siguiese su camino. Mientras ese pensamiento recorre tu mente, ella no te ha quitado la mirada en ningún momento sin esperarlo, se acerca a ti y te abraza con tanta fuerza y tanto dolor en su corazón qué,sientes que ella ya sabe que ese abrazo, quizás sea el último.

La culpa de tu "cobardía" también es de tú mente ya qué, junto con tu orgullo, decidiste permanecer en silencio en vez de acabar de una vez por todas con el sufrimiento de esa persona que tanto te quería…

 Y así es la vida, dejamos morir amores que nos dan vida reemplazandolos por amores que terminan en naufragios...

Qué triste es pensar en voz baja todo lo que sentimos pero que por miedo, no lo gritamos al mundo entero…

Así fue como tus sentimientos fueron latiendo lentamente hasta morir por completo, una enfermedad terminal creada por tu mente que destrozaba corazones pero, que entre ellos también estaba el tuyo…

Crea en tu mente lo que te dé vida, no lo que te la destruya…

Josep Ramos.



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