“Te acostumbraste tanto a ser una sombra, que se te olvidó que un día fuiste el sol”.

Sin darnos cuenta, todos hemos sido esa “sombra” alguna vez a lo largo de nuestra vida. Creemos que es amor lo que sentimos por esa persona cuando en realidad, tan solo es una "sombra" que nos persigue a donde quiera que vamos, pero que no se llama amor. Nos acostumbramos a cometer el "error" de aguantar el daño y el dolor creyendo así que terminará en amor. sin embargo, permíteme decirte que si crees que el amor debe incluir hacerle daño a la otra persona, probablemente no entiendas el verdadero significado de amar a alguien de verdad.Es por ello, que la principal culpa de amar “a medias” es nuestra puesto qué, en cierto modo, permitimos cosas que no deberíamos permitir, escuchamos cosas que jamás deberían decirnos(sea por los motivos que sean) y tristemente, queremos justificar a esa persona que tenemos a nuestro lado de todo lo que hace. 

Vivimos con la esperanza de qué, tan solo necesita “tiempo” para querernos de verdad y de corazón. Es en ese momento, cuando nos convertimos en “la sombra de la relación” dejando que nuestra mente hable, y nuestro corazón permanezca en "silencio" y cuando eso ocurre, ya dejaste de sentir y en ocasiones hasta has dejado de vivir. Ya no eres la misma persona, te obligaron a cambiar tu personalidad y tu forma de ser, te miras al espejo y no te reconoces, tienes miedo a sonreír a consecuencia de qué, sabes que si nunca has fingido por amor menos aún, lo harás a la hora de mostrar la mejor de tus sonrisas. 

Decidiste introducir todos tus sentimientos en un cofre, cerrarlo con llave y arrojarlo al mar. Lo triste no es dejar de sentir lo triste es, que ni tu corazón ni tu mente, puedan hacer nada para evitarlo, puesto que, es tu mente la que "domina" todo aquello que sientes o dejas de sentir.

Te convertiste en una persona que juraste que jamás serías así. Demasiado tarde, habías aprendido a sentir con el corazón roto y ahora sin embargo, la oscuridad de tus acciones, han acabado destrozándolo por completo. Te despiertas cada día con el “supuesto amor de tu vida” pero sin embargo, para tu corazón es un completo desconocido. Antes, sentías ese "dulce cosquilleo" dentro de ti desde el primer beso del día hasta el último y ahora, cada beso te hace sentir como si te clavasen una espina en tu corazón ese, que tanto dolor debe "callar" para que sufras lo menos posible. Te convertiste en esa “sombra” que atormenta tus días y tus noches y donde, tu único cometido en esta triste relación es seguirla y dejarte llevar. Ya no importan las lágrimas en la intimidad, ni tampoco eso “gritos” que tan solo retumban en tu corazón ya qué, es el único que entiende tu dolor. Has permitido que otra persona domine tu mente y oscurezca tu alma de tal forma que, no sabrías decirme cuando sientes amor y cuando no considerando qué, cada sentimiento es igual de “frío” que el anterior.

"Ojalá pudieses huir sin mirar atrás te susurra corazón" es la única salida que tienes para volver a ser feliz sin embargo, ya era demasiado tarde puesto qué, tu dolor era tan grande que, habías perdido por completo el control de tu vida. Cada lágrima podía llenar el océano y el único momento del día donde eras feliz era, cuando cerrabas los ojos por un segundo y te olvidabas de todo. Tu mente era tu pequeña “fortaleza” y gracias a tu imaginación, al menos por unos instantes conseguías sanar tu dolor…

Con el tiempo, comprendiste que ya era hora de volver a ser ese “sol” resplandeciente y decidiste, armarte de valor y poner fin a esa “oscura” y “fría” relación. No te supuso mucho esfuerzo simplemente, te dirigiste a esa persona como cada mañana y en el momento que esperaba un beso de buenos días en su lugar, le diste una rosa sin pétalos para que nunca supiera si le querías de verdad o no.

Fui la sombra de tu vida y me causaste dolor, ahora me toca ser el “sol” que ilumine mis días y decirte “adiós”.

Amor sentí por ti y no lo valoraste, ahora te toca a ti sentir la “oscuridad” que yo sentí.

Se acabó el sufrir, ahora me toca vivir.

Josep Ramos.