“El tenemos que hablar” siempre está mal conjugado. Uno habla, El otro llora”

Cuanto dolor puede causar una simple frase. Sin importar nuestra fuerza mental ni tampoco, nuestra experiencia en el amor. cuando no somos nosotros los que decimos: “tenemos que hablar” es como si el mundo se nos viniese encima como, si de un sueño profundo se tratase del que jamás, volveremos a despertar. Es curioso como en cuestión de segundos puede cambiar el amor que esa persona siente por ti. Lo he estado pensando y…. vamos, termina la frase ¿Crees que es lo mejor? ¿Ya no sientes lo mismo? Entonces en ese caso, lo que sentías por mí no era amor sino cariño. Piensas, que jamás lo entendería si me lo explicases, pero tu silencio lo dice todo. Te perdí, por culpa de no cuidarte, creí tenerte y que estabas enamorada de mí cuando en realidad, el único que estaba enamorado de alguien era yo de mi mismo. Para que engañarnos, cuando el tiempo transcurre en las relaciones todo se acaba enfriando si no cuidas a esa persona que tienes a tu lado. Nunca permitas, que esa “llama” se apague por completo o de lo contrario, tus lágrimas serán tu única compañía y probablemente, durante mucho tiempo. 

Dicen, que el tiempo lo cura todo pero ¿El amor también? Permíteme dudarlo puesto qué, tras cada desilusión amorosa, un trocito de nuestro corazón siempre le permanecerá a esa persona aunque esa persona nos haya dejado de querer. Nunca podrás tener una conversación “sana” con alguien que te ama ya qué su amor le ciega, y su dolor no le permite pensar y donde su única reacción es: llorar y llorar de una manera muy difícil de controlar. No trates de comprenderme, no sientes lo mismo sigue tu camino y deja de hacerle daño a mi corazón, puesto que ya no sabe si latir o morir…

No quiero escuchar más tus excusas, dime la verdad ¿Te enamoraste de alguien más verdad? En ese caso tranquila, quédate con él puesto que si realmente me quisieses, no te hubieras enamorado de una segunda persona. Nuestro amor se convirtió en "una rosa sin pétalos", pero manteniendo las espinas haciendo referencia, al daño que me causaste después de ese último adiós. Me gustaría volver atrás en el tiempo y recordarte ese primer beso, ese primer te quiero, o hasta incluso, esa primera carcajada incontrolable que solía durar horas pero, ¿Para qué engañarme dos veces? Un amor que hace mucho tiempo que se convirtió en “hielo” y donde no hay nada que pueda hacer para volver a hacerte sentir como si cada día a mi lado, fuese un eterno verano lleno de calor, pasión, y placer sin importar el orden….

Con el tiempo, entendí que el amor también puede ser una simple ilusión que puede hacernos feliz durante un tiempo. Puede hacernos sentir, como si tocásemos el cielo y cuando más felices estamos con esa persona, nos arroja al vacío golpeándonos con la dura realidad. Una realidad, donde nos muestra que no todo amor que comienza, está destinado a durar para siempre. Donde, hay personas que aparecen en nuestra vida para enseñarnos una lección de vida y no para amarnos y donde, debemos guardar todo ese amor que estamos dispuestos a dar para cuando llegue esa persona que nos deje sin respiración y conozcamos ese bonito sentimiento llamado “amor”.

Cuando te enamoras de verdad, es fácil aprender a querer, pero, qué difícil es explicarle a nuestro corazón que el motivo de sus latidos, ya no estará nunca más. En un principio, un amor que estaba destinado a ser para toda la vida sin embargo, la vida se ha encargado, de abrirnos los ojos recordándonos que, ni la vida es para siempre ni tampoco el amor.

Aprender a vivir con el dolor, también es otra forma de querernos a nosotros mismos.

El destino un día nos unió sin embargo, la vida se encargó de separarnos puesto qué, tan solo éramos un amor “temporal” que estaba destinado a acabarse.

Si a besos no entendiste el amor que yo por ti sentía, dudo mucho que mis lágrimas te hagan recuperar ese amor que tú por mí perdiste…

A veces, es cuestión de acostumbrarse a la “tormenta” hasta que pase para evitar todo el dolor que un día nos causó el amor.

Josep Ramos.