“Lágrimas que parecen de sangre por el dolor de nuestra alma”

Que duro es expresar el dolor, que difícil es escribir en cada verso cada una de las causas por las cuales mi corazón fue haciéndose pedazos poco a poco. A veces me pregunto, de qué sirve el desahogo de una lágrima si no cura nuestra alma. De qué sirve, el arrepentimiento de nuestros actos cuando en realidad sabemos, que amamos lo prohibido. Sí, soy de esa clase de personas que prefiere quemarse por completo a quedarse con las ganas. Posiblemente, estés pensando que no hay nada de malo en arriesgarse en el amor o en la vida en sí, pero, tiene unas consecuencias muy dolorosas que muy pocas personas pueden resistir. Traté de hacerme “el valiente” cuando ni poseía el coraje para no derramar una lágrima ni tampoco creía que mi corazón lo soportase. Sentí como algo dentro de mí se paraba por un instante y se acababa mi vida(al menos durante esos pocos segundos). Esa horrible sensación de cuando estás en absoluto silencio y no escuchas nada salvo tu respiración y los latidos de tu corazón.

Fue entonces, cuando me di cuenta de que, había tocado fondo(o al menos eso creía), ya que, era tan difícil vivir con ese dolor que en ocasiones, gritaba hacia mis adentros puestos qué, ya no tenía fuerzas para seguir luchando. Cada lágrima, la sentía como si derramase sangre por mis ojos había tanta oscuridad en mí “alma” que no diferenciaba el día y la noche ya qué, en esos momentos siempre reinaba la oscuridad en mi vida. 

Reconozco que me lo merecía, sabía que durante años, había hecho mucho daño a personas que sí que me querían y yo sin embargo, tan solo disfruté del momento y cuando me aburría de esas personas les rompía el corazón. Podría decirte que me arrepiento de mis actos, pero, te estaría mintiendo. Todo lo que hice fue con un propósito al principio, ni yo mismo entendía por qué siempre me aburría de las personas que tenía a mi lado o a que se debía esa “falta” de amor en todas y cada una de mis relaciones. 

Con el tiempo comprendí que era culpa mía, me di cuenta de que tan solo estaba dejando mi vida pasar en vez de vivirla y en cierto modo, eso me hacía daño. En consecuencia, todas las personas que estaban involucradas en mi vida en ese momento se verían afectadas. No importaba que tanto me quisiesen ni tampoco, si era o no importante para ellos en su vida porque, solo me quería a mí mismo y lo creas o no, esto es un verdadero problema y os explicaré el por qué.

Debemos sentir amor por las personas puesto qué, si no lo sentimos nunca sabremos amar ni mucho menos ser amados. Viviremos nuestra vida en una triste y larga soledad queriendo ser siempre el protagonista de nuestra vida sin nadie que nos moleste. ¿Has pensado que quizás un poco de amor te ayudaría a recuperar esa “luz” que necesita tu vida y agradecería tu corazón?.

Todo esto, es fácil decirlo, pero me ha costado gran parte de mi vida entenderlo. Me hubiese gustado no haber pasado por todo este dolor en mi vida y haber tenido una vida diferente, pero, la realidad es otra totalmente distinta. Me acostumbré al dolor tanto, que acabo siendo mi “maestro” del cual aprendí mucho de mis errores y gracias a haberlos cometido, veo la vida desde otra perspectiva.

Mi consejo a todas esas personas que están pasando por una mala racha en sus vidas es que deben ser pacientes, ningún dolor es eterno, pero, de nosotros depende sanarlo y seguir con nuestra vida, o sufrirlo hasta habernos olvidado por completo. Te aconsejo ambas ya qué, cuando asumimos algo que nos afecte o nos duele es más fácil superarlo que si seguimos haciéndonos esas “innecesarias” preguntas tratando de buscar respuestas a ese problema es decir, lo que yo denominaría: “Una forma de engañar a nuestra mente pero no a nuestro corazón”.

Por otro lado, también es necesario pasar por ese sufrimiento que tanto “miedo” te da de que nunca puedas superarlo. Recuerda algo el “nunca” del presente algún día formará parte de tu pasado y gracias a ello podrás vivir una vida mejor en tu futuro.

Hoy quizás estés mal, sientas que nada podría irte peor en la vida y sientas una mezcla de: rabia, frustración y dolor al mismo tiempo y no sepas controlarlo, pero tranquilo, me he visto en tu situación muchas veces a lo largo de mi vida y como podrás comprobar, nada ha podido conmigo así que te aconsejo que creas más en ti.

La mejor forma de sanar el dolor, es creer en nosotros mismos, puesto que el dolor es como la vida, un día nos la concedieron y algún día nos la acabarán arrebatando y desgraciadamente no hay nada que podamos hacer para evitarlo.

Por lo tanto, ten siempre presente algo. Si aún te duele recordarlo es que aún no lo has superado. Dedícate tiempo a ti para encontrarte y de alguna manera da un cambio a tu vida créeme tu alma lo agradecerá y tu corazón aún más.

Si derramas lágrimas que sean de emoción y si sientes dolor asegúrate de no dañar a tu corazón.

Con el corazón en la mano y lágrimas en los ojos al fin descubrí, una mejor versión de mí.

Miradas que curan el dolor, y besos que sanan nuestro corazón, una forma muy bonita de derramar lágrimas por amor.

Josep Ramos.




Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares