“Cuando sientas que tu luz se apaga, recuerda que yo soy esa estrella que te abraza”
Créeme, yo también me he sentido así. He sentido como mi corazón se apaga lentamente tras cada decepción. He sentido, como mi vida gira en torno a una “triste” y complicada rutina en la que en ocasiones, he sentido que nunca más podría salir de ahí. Sinceramente, todo tiene un por qué, el dolor, el amor, en fin, la vida y lo creas o no, es la propia vida la que nos susurra que pronto algo bueno o malo está por pasar.
Quizás, te sientas identificada conmigo si te digo que en ocasiones, he vivido relaciones en mi vida de las cuales desde el principio, sabía que estaban destinadas para ser un fracaso absoluto. Al principio, sientes amor por esa persona y todo va bien, pero, cuando uno de los dos decide apagar esa “llama” que un día les unía, "la muerte súbita" de ese amor llama a la puerta. Es curioso, como cosas tan pequeñas pueden hacer que se conviertan en un mundo de emociones para nuestra mente y un sufrimiento muy grande para nuestro corazón sin apenas darnos cuenta.
No todo van a ser cosas malas puesto qué, de todo eso aprendí. Sí, de ese “agujero negro” de continúas decepciones y puro dolor, aprendí a superarlo. ¿Qué cómo lo hice? Sencillo, demostrándole a todos mis miedos que el dueño de mi vida y de mi corazón soy yo.
Aprendí a quererme tanto a mí mismo que, hasta en ocasiones para muchas personas llegué a ser una persona “arrogante” y poco sociable. Vivía en un mundo que esas personas no lograban entender con su inmadurez y su manera de ver la vida y sinceramente, no hay espacio para mentes pequeñas en mi vida y mucho menos, para corazones tan oscuros, como los de esas personas que pese a darles todo el amor del mundo, su corazón seguía siendo de “hielo”.
Probablemente, os estaréis preguntando como aprendí a amar a alguien después de haber pasado por aquel “infierno” de relaciones que tan solo me demostraban una y otra vez, que el amor tan solo era real en las películas y no en la vida real. Simplemente, comprendí que debemos amar con el corazón para que nos sea correspondido.
Aprendí, que para querer a alguien primero debemos querernos y valorarnos a nosotros mismos y decidí priorizar la vida antes que la muerte pese a en ocasiones sentir, que mi vida ya no tenía sentido si esa persona ya no formaba parte de mi vida.
El amor que se ruega no es amor sino capricho, como cuando queremos algo y si no lo tenemos nos enfadamos con nosotros mismos hasta conseguirlo. Pues, exactamente pasa con el amor, si algo no te cuesta, no vale la pena. Si la persona que tienes a tu lado no te lo pone difícil cada día, para que entiendas cuál es su verdadero valor y la ames como se merece y no como se debe hacer. ¿Te resulta curioso? Permíteme explicártelo brevemente.
Yo actualmente, amo tanto a la persona que tengo a mi lado porque simplemente tuve que cruzar el océano y tumbar la muralla china tres veces para simplemente llamar un poco su atención y obtener el privilegio de poder conocerla poco a poco(aun sabiendo que podría fracasar en el intento). Pese a ello, no me importó en absoluto puesto qué, mi corazón latía tan deprisa cuando estaba a su lado que pese a no “morir” de un infarto, “morí” de amor desde la primera vez que la conocí.
La quiero como a nadie, porque es mi corazón el que me lo susurra cada mañana…
Amar y sentir posiblemente sean de los sentimientos más importantes y necesarios en el amor. Si careces del primero, olvídate de sentir lo segundo y en consecuencia, no es amor lo que sientes.
Amémonos en esta vida porque, en mis sueños, hace ya tiempo que vivimos eternamente enamorados.
Josep Ramos.
😍🥰❤️😘👏👏
ResponderEliminar