Derrotados son los que dejan de luchar. y dejar de luchar es dejar de soñar.
Créeme, yo también me he visto en esa situación. He sentido, que mi vida se derrumba por completo sin quedar nada en absoluto salvo un montón de escombros que podríamos representarlos, como si se tratase de los recuerdos. Recuerdos, donde la experiencia de la vida forjó mi carácter. Momentos bonitos con personas, que ni tan siquiera ellos mismos sabían lo que querían en su vida, pero que de igual forma, también fue otra lección de vida. Situaciones tan dramáticas, que probablemente nos acompañen el resto de nuestra vida y sea el peso de nuestros hombros el que deba llevar esa “infinita” carga hasta el fin de nuestra existencia.
¿Crees que has perdido años de tu vida por haber vivido momentos así?. Si así lo piensas, te equivocas puesto qué, has ganado años de sabiduría y de aprendizaje en tu vida. No hay mayor ciego que aquel que no quiere ver lo que ocurre ante sus ojos y aun así, decide quedarse en aquellos lugares donde le hicieron daño. Lo malo es inevitable, pero de lo malo, debemos aprender sobre ello y no acostumbrarnos a vivir con la culpa toda nuestra vida recuérdalo siempre.
Me he dado cuenta de que, la vida no es muy diferente a la lluvia y te explicaré el por qué. Cada gota de lluvia, puede significar una experiencia vivida en la vida, un recuerdo, un desamor, hasta incluso un simple “hola”. Si juntamos todos esos sentimientos, nos damos cuenta de que cuando la lluvia se detiene y vuelve a brillar el sol, nuestro humor cambia, nuestra actitud también, y con ello, nuestras ganas de vivir. Algo tan simple como la lluvia o el sol puede hacer que nuestro estado de ánimo cambie por completo. ¿Cuándo esa lluvia termina te sientes igual? ¿No verdad? pues lo mismo ocurre con todos aquellos problemas que debamos superar día a día. Podrá ser algo constante en nuestra mente donde sentimos que no podemos vivir pero en realidad, con el tiempo nos damos cuenta de que los problemas muchas veces son creados por nosotros mismos y la solución es simple: “Dejar que todo fluya”.
Desgraciadamente, no somos “dioses” ni tampoco inmortales por lo tanto, si tratas a los demás con odio, rencor e indiferencia tan solo porque te crees alguien "superior" simplemente porque esa persona no te agrada o no la quieres en tu vida, tú mismo estás viendo el reflejo de tu alma en las acciones que haces hacía los demás… Tristemente, esas personas que creen que hacer uso de la “indiferencia” por el simple hecho de que en su pasado esas personas le trataron así, tan solo demuestra que carecen de personalidad propia. Con esto no quiero decir que debamos dejar que nos hagan daño una y otra vez con tal de “satisfacer” a la otra persona sino, que muchas veces de manera inconsciente,(al menos en la mayoría de los casos) damos menos de nosotros mismos por miedo al daño y al dolor que nos pueda hacer alguien o simplemente nuestra propia vida.
Estos “actos” acarrean consecuencias y más graves de lo que crees y te explicaré el por qué.´ Cuando actuamos de tal forma que nuestra forma de sentir tan solo sea a un 50% por ponerte un ejemplo, no solo engañamos a las personas que nos rodean sino que también, a nosotros mismos. Lo creas o no, dar todo en la vida es necesario para cualquier cosa que te propongas en la vida. Si tus metas son "inalcanzables" y crees que jamás lograrás todo aquello que te propongas significa que eres “débil”. Significa, que eres tan frágil que en la intimidad de tu soledad mostrarás realmente la persona que eres, derramando lágrimas en silencio cuestionándote una y otra vez: ¿Qué sentido tiene mi vida?.
Todo esto, va enlazado a la inseguridad que poseas sobre ti mismo. Camuflamos el dolor en forma de rencor para aparentar ser fuertes cuando en realidad hasta nuestros peores recuerdos pese al trascurso de los años, nos siguen dando ese “miedo” en la actualidad.
Es curioso porque, las personas cuyo pensamiento se basa en el vivir lo que llamamos: “día a día” ¿Poseen la fuente de la juventud o son capaces de detener el tiempo tan solo con pensarlo?. Desgraciadamente, la vida pasa igual para todos. De un momento a otro, tu vida puede cambiar por completo y cuando antes tenías todo y no lo valoraste como debías, hoy que tan solo te tienes a ti mismo es lo más parecido a que la vida te salude en forma de: “Karma”.
Reflexiona si tus acciones del presente están haciendo de ti una persona de éxitos y logros “infinitos” cada día de tu vida. Es triste pero, todos nos acostumbramos a dar vueltas en círculos hasta que la vida en forma de realidad nos abre los ojos diciéndonos: “actúa”.
Por y para mí mismo porque la vida, me enseño a querer sin rencores, a llorar sin pedir permiso, y a vivir cada día con un propósito muy pero que muy claro: “La mejor versión de mí mismo”.
Josep Ramos.
👏👏😍❤️😘
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