Toda mujer merece un pervertido detallista con alto coeficiente intelectual, romántico y de mente sucia.
Todos sin excepción, sabemos que la sensualidad atrae. en ocasiones más, de lo que podemos llegar a imaginar. Una persona que sea capaz de hacer que nuestra mente “viaje” a universos que ni conocíamos en forma de placer muy probablemente, esa misma persona, tenga la capacidad de excitarnos una y otra vez tan solo con escuchar el sonido de su voz. Una persona, capaz de hacer que nuestros "demonios" “tiemblen” de miedo cuando esa persona está cerca. Capaz de convertir todos nuestros sueños húmedos en una hermosa realidad. ¿Te lo estás imaginando verdad? pues si pensarlo te da placer, imagínate sentirlo. La auténtica belleza de las personas se encuentra en el morbo de lo “desconocido” que poseen en la intimidad y que aún no conocemos.
Esa persona que sea tan "misteriosa" que te den ganas de saber más sobre él/ella. Con una mirada tímida, pero con infinidad de pensamientos sucios y perversos que harían que el placer que a día de hoy conoces, tan solo se tratasen de los preliminares… Jamás lo creerías, pero, a veces, de quién menos lo esperas es quizás de quién más te puedes llegar a sorprender.
Muchas personas, creen que el placer y la atracción es solo eso: “cuestión de físico” pero creedme existe un mundo “infinito” detrás de un simple físico. No es lo mismo tener relaciones sexuales una y otra vez con alguien que te atrae y tan solo sea eso: “atracción” que hacer del “sexo” un infierno de emociones tan intensas, que los orgasmos se vuelvan tan incontrolables que cada gemido, hace que sientas que te quedas sin respiración….
Por otro lado, estaba su inteligencia, era capaz de excitarme tan solo con mirarme. Ella sabía como mirarme "penetrando" mi alma mientras se mordía el labio lentamente una y otra vez y sin decir ninguna palabra, me lo decía todo…. Me excitaba tanto su mirada que tan solo con mirarle a los ojos me imaginaba desnudándola. No sé si era atracción o simplemente, que estaba jugando con mi mente, pero lo que sí sé, es que me excitaba tanto que ni poniendo la mente en blanco podía dejar de sentirme así.
Me volví adicto a su lengua. Esa, que recorría todo mi cuerpo lentamente, mientras me saboreaba con suavidad y que sin esperarlo, sus ojos me miraban fijamente mientras recorría todo mi cuerpo. podía sentir pequeñas mordidas por todo mi cuerpo y también como me clavaba las uñas con tanta intensidad que hasta en ocasiones me hacía sangre pero, en esos momentos de placer absolutamente todo nos excita e indudablemente, queremos más y más. Si has vivido esa situación, entenderás el morbo tan grande que se siente en ese momento.
Me encanta observar como nuestros cuerpos se rozaban lentamente mientras nuestros labios se devoraban. Desde el primer roce, podía sentir como tus labios se mojaban cada vez más y más y (no precisamente los de tu boca…) Podía sentir, como te temblaban las piernas cada vez que mi lengua saboreaba una y otra vez esos “labios de la perdición” a los que tan adicto me había vuelto…
Resultaba hasta romántico ver como sonreías tras cada orgasmo. Esa inexplicable “mezcla” entre amor y placer que solo tú y yo sabemos darnos en la intimidad donde desde el primer beso, las sábanas eran testigo de nuestro “infierno” en forma de placer…
Dos locos adictos al placer…
El placer más real es aquel que tan solo con pensarlo te excita....
Josep Ramos.
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