“Confundiendo a la inocencia de la ignorancia con la sabiduría de mí, silencio”

 Son tantas las veces en las que la mi ignorancia sobre algo en la vida me ha llevado a lugares donde jamás pensé llegar hasta con el tiempo comprendí, que lo que en esos momentos era parte de mi ignorancia hoy por fin, es parte de mi sabiduría. Nunca, terminaré de conocerme a mí mismo. He cometido tantas veces los mismos errores en mi vida que hasta he llegado a pensar que me había acostumbrado a ello. El error era mío simplemente, porque debía entender que a veces en la vida hay que “perder” algo para ganarlo en conocimientos y aprendizaje sobre nosotros mismos.

 No estaba preparado para sentir como mi cuerpo perdía el control sobre sí mismo hundiéndome en problemas que desde mi mirada parecía como si se tratase de un “océano” cuando en realidad, no era más que una gota de agua. Ya había pasado por momentos así antes entonces ¿Qué había cambiado esta vez para que me afectase tanto?. Mi ignorancia. Sin duda era ese desconocimiento el que me convertía en una persona frágil y manipulable que priorizaba el bien estar de los demás antes que el mío propio y como es lógico tardé en darme cuenta, pero comprendí, que no quería vivir ni un segundo más con esa actitud. 

Decidí aventurarme y salir de mi zona de confort donde todo era controlado por mí(aparentemente) y di paso, a adentrarme un poco más en lo desconocido sobre todo aquello que me “aterraba” investigar sobre ello simplemente porque creía que no era capaz. Observaba a mi alrededor como el resto de personas que me rodeaban lograban sus sueños. Podía sentir a mi alrededor como todas esas personas “respiraban” éxito y no fracasos y fue entonces, cuando mis ganas de cambiar y conseguir todo aquello que me proponía se convirtieron en una realidad. A base de duros golpes que me esperaban a la vuelta de la esquina aprendí a no esquivar aquello que tanto daño me hacía y decidí adaptarme a las circunstancias sin importar cuantas veces sería necesario volver a decirme a mí mismo: “inténtalo de nuevo”. Aquí es donde mi “silencio” comienza a ser el protagonista de mi vida. todo en mi vida tanto lo que me afectaba como lo que no, comencé a absorberlo.

 Dejé que mi mente poco a poco, fuese procesando todo lo que me estaba pasando a diario y solo en mis momentos de absoluta tranquilidad y soledad los procesaba de manera muy precisa. Lo creas o no, muchas veces nuestra impulsividad “gobierna” nuestra forma de actuar en nuestra vida haciendo o diciendo cosas de las que luego nos arrepentimos es por ello, que en la soledad de nuestros pensamientos la vida se ve de otra manera. Reflexionar antes de contestar y pensar antes de hablar una sabiduría de sabios que solo unas pocas personas entienden siempre y cuando, hayan decidido dejar de lado lo que hoy en día conocemos como: “la ignorancia”.

 Culpable de mis errores por no haber sabido: “leer la letra pequeña” de mi vida. Cada momento, requiere de un proceso y aprendizaje que tan solo se adquiere con paciencia determinación y mucha dedicación al respecto. En ocasiones, no entenderé el porqué de lo que me ocurre en mi vida ni tampoco, tendré la respuesta a todas las preguntas que se hace mi mente cuando algo no comprende pero es que simplemente, hay cosas que suceden en la vida porque sí y no hay explicación que cure nuestro dolor ni tampoco, motivos para seguir sufriendo por algo que no es prioritario en nuestra vida.

 La gran ventaja de nuestra mente es dominarla en todo momento sin que ella nos domine a nosotros. Existen tantos “demonios” en nuestra mente que nos preocupan que a veces no somos conscientes de que esa “guerra” tan solo ocurre en nuestra mente. 

El silencio, es el encargado de responder todas esas inquietudes de mi mente que no tienen explicación. Sabio por naturaleza, valiente por obligación porque ningún daño permanece de por vida ni en tu mente ni en tu corazón. 

Lágrimas en forma de estrellas fugaces… 

Josep Ramos.



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