"Descansa tu alma y enciende tu mente porque solo unos pocos, entenderán lo que siente tu alma y no lo que susurras en tu mente"


Hay momentos en la vida, en los que ya no puedes más y decides tirar la toalla hasta tal punto que, sientes que cada día que pasa, es una derrota. Una continua lucha de poder, entre lo que piensas y lo que sientes y personalmente, a veces es muy difícil de controlarlo. 

Todos alguna vez, hemos intentado a ayudar a alguien porque tiene algún problema y esa persona “confía” en nosotros y se siente mejor después de tener una larga conversación. Ahora bien, ¿Quién nos ayuda a nosotros cuando tenemos un problema?. Muchos estaréis pensando, que no os faltan amistades, familiares etc.… en situaciones así pero, el resolver un problema existente, no significa borrarlo de tu mente. Quizás no lo hayas pensado antes, pero, son más los problemas que habitan en nuestra mente que los que en realidad tenemos. Sentimos “falsas” preocupaciones por cosas de la vida que en realidad, no son más que pequeños problemas que tienen solución. Muchas personas, (de las cuales me incluyo) nos castigamos a diario por situaciones de nuestra vida que no son de vital importancia. ¿El mejor ejemplo? El amor. 

Sí, ese sentimiento que a todos sin excepción en algún momento de nuestra vida nos lo ha dado todo y nos lo ha quitado todo sin darnos cuenta. Un sentimiento, por el cual en ocasiones, perdemos años de vida por personas que no merecen ni un saludo cordial, pero que simplemente por respeto y por los valores que nos han inculcado si aparecieran de nuevo en nuestra vida, no le guardaríamos ningún rencor(al menos en mi caso) ¿Sabes por qué? porque el odio y el rencor no cura el daño que alguien nos ha hecho en nuestra vida. Esa persona, no va a devolverme todo el tiempo que he perdido de vida luchando por un amor que sentía que vivía en “el cielo” cuando en realidad, estaba destinado para quemarse en el “infierno de mis depresiones” donde debía guardar ese momento de mi vida bajo llave y lanzarla al mar.

Créeme, no debes sufrir por nada ni por nadie porque nunca sabes si esa persona hará lo mismo por ti o simplemente, disfruta con sus acciones sin importarle en absoluto como te sientas. Si eres de las personas como yo que sí cree en un amor: “para toda la vida” te aconsejo, que reflexiones antes que nada, si tú estarías con alguien como tú el resto de tu vida antes de hacerle daño a alguien que no se lo merezca. No todos estamos tan rotos por dentro como aparentamos por fuera. Una persona de sentimientos puros y sinceros cuando sufre alguna decepción amorosa, alimenta su amor propio cada vez más y más porque antes que sentir amor por alguien, debemos tener claro lo que nos queremos a nosotros mismos.

Con el tiempo, te vuelves una persona “selectiva” tanto, que en ocasiones asusta a las personas que aparecen en tu vida y deciden desaparecer sin motivo aparente. Tranquilo, no es tu culpa simplemente esa persona, se dio cuenta de que aún le queda mucho por conocer de su alma y que solo con tener unos sentimientos bonitos, no es suficiente para amar a alguien tan único como lo eres tú.

Recuerda algo que quizás te sirva para todo en la vida, Si nadie te quiere, quiérete tú mismo. Si nadie confía en ti, hazlo tú ya qué, tú sabes tu valor y no necesitas demostrarle a nadie algo que tú ya sabes. Las personas correctas aparecerán en tu vida y ellos si lo entenderán te lo aseguro. No necesitas ser esa luz que brilla a diario. A veces un simple “parpadeo” ya muestra que, sigues teniendo fe y esperanza en el amor, en los sueños, y lo más importante, en tu propia vida.

Aléjate de todo aquello, que haga que vivas en: “una eterna oscuridad” o te volverás “adicto” a ello. Rodeado de personas vacías y sin sentimientos que harán cualquier cosa por calmar su dolor haciéndoles daño a otras personas que no se lo merecen. Tristemente para ellos, esas personas el mayor daño que se hacen, es así mismo. Puedes engañar a tu mente de manera momentánea creyendo que el daño solo se cura haciéndole daño a los demás pero, Cuando seas tú el que necesites que alguien cure tus  heridas, probablemente la respuesta la encuentres frente a tu espejo…

Le “susurré a la vida” lo que sentía en lo más profundo de mi corazón y comenzó a llover…. Lágrimas de dolor en forma de vida, y abrazos mentales que calma nuestro corazón.

Un día menos sin dolor, es un día más con amor…

Josep Ramos.




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