¡1, 2, 3, fuera! No tiene pulso doctor. Probemos otra vez. ¡1,2,3, fuera! Nada, es inútil lo hemos perdido. Pero doctor, ¿Cómo es posible?, se suponía que reaccionaría. No fue el ataque al corazón la causa de que lo hayamos perdido sino que fue el amor que sentía por esa persona el que acabó con su vida y contra eso, no hay cura posible.


Sentía tanto dolor que podía hacer llorar a la luna y hasta que el sol se quemase a sí mismo una y otra vez al ver cómo me sentía. Sentía como poco a poco, mi cuerpo se iba apagando lentamente hasta tal punto, que no sabía si seguía vivo o tan solo era mi alma la que permanecía con vida. ¡1, 2, 3, fuera! No tiene pulso doctor. Probemos otra vez. ¡1,2,3, fuera! Nada, es inútil lo hemos perdido. Pero doctor, ¿Cómo es posible?, se suponía que reaccionaría. No fue el ataque al corazón la causa de que lo hayamos perdido sino que fue el amor que sentía por esa persona el que acabó con su vida y contra eso, no hay cura posible.

 Hay veces en la vida, en las que el extremo debe ser el último recurso para todo en absoluto. No importa que tanto daño te hagan ni tampoco como te sientas después de sufrido esas situaciones en tu vida que te hacen sentir en más de una ocasión como si tu límite o más bien tu vida hubiese llegado a su punto y final. Pues en ese estado me encuentro yo ahora mismo. Punto y final a todas aquellas esas personas donde su único fin es hacerme daño y no tratarme y cuidarme como me merezco. Punto y final a todas esas falsas amistades que tan solo te necesitan cuando quieren algo de ti o simplemente te buscan por simple “aburrimiento”. Y punto y final a todos esos amores "pasajeros" que por saber no saben ni que quieren en la vida ni tampoco hacía donde van esos sentimientos que expresan sus labios, pero no siente su corazón.

He pasado por tanto en la vida que a veces pienso: ¿Qué es lo siguiente? Lo creas o no, llegas a un punto de tu vida que ya nada te sorprende. Comienzas a darte cuenta de que el tiempo hace que conozcas realmente la persona que eres y aprendes a conocer a las personas que te rodean comenzando a dar prioridad únicamente a aquellas personas causantes de tus sonrisas y no de tus lágrimas. Inevitablemente, derramamos más lágrimas por situaciones que no merecen la pena que por las que realmente son de una gravedad y un peso considerable. De nada sirve tratar de comprender a aquellos que no te comprenden y que tan solo “camuflan” su verdadera personalidad por miedo a que al conocer la persona que son en realidad te alejes por completo. Sin lugar a dudas la mejor forma es esa: “la distancia”. No sirve de nada en absoluto luchar contra algo que sabes que no va a cambiar. De nada sirve creer que la situación mejorará cuando en realidad no buscas tu propio cambio, sino el de la otra persona por lo tanto estás dejando de ser tú mismo para alegrar a las personas que te rodean…

Llegados al punto en que ya ni crees en ti mismo, comienzas a darte cuenta de que no te valoras lo suficiente porque de así serlo jamás permitirás que nada ni nadie te tratase como si no valieses nada en absoluto. Puedes estar seguro de que hay palabras que dañan incluso más que los hechos y aunque en ocasiones digamos las cosas sin pensar la realidad es que actuar así tan solo sirve para darte cuenta de que debemos pensar antes de hablar, puesto que una vez el daño esté hecho tristemente, cuesta perdonar pero mucho más olvidar…

Cuándo te das cuenta de que necesitas más tiempo para ti mismo es cuando entiendes que no estás en tu mejor momento. No significa que tu vida dependa de ello, pero si es necesario alejarte por un tiempo de todo aquello que no te suma en tu vida y comenzar a introducir en tu vida momentos en las que tu “paz” sea la prioridad y tu sonrisa el centro de atención solo así entenderás la importancia de ser feliz con nosotros mismos.

Es fácil decir que he sido una persona que ha sufrido en la vida y que en consecuencia de ello soy así. ¿Sabéis como se le llama a ese tipo de pensamiento?: “excusa” Sí, tan solo son formas de hacernos creer a nosotros mismos que no es culpa nuestra haber vivido situaciones extremas en nuestra vida. En cierto modo lo es por permitir todo aquello que no nos hace feliz así de simple. Nos convertimos en personas inseguras y de baja autoestima porque dejamos de creer en nuestro potencial cuando realmente, es nuestro punto fuerte. Sufrir, es ver como alguien lucha cada día por su vida porque no sabe si su día será su último día. Sufrir, es saber que nuestros queridos padres y otros seres queridos, algún día ya no estarán a nuestro lado para darnos esa felicidad plena que NADIE jamás podrá igualar. Eso es sufrir de verdad y no por lo que lo hacemos en la actualidad por problemas insignificantes que con el paso del tiempo tan solo es como si del humo de un cigarro se tratase y que se desvanecerá en el cielo en cuestión de segundos.

Necesito mucho más de mí porque tan solo estoy "explotando" una parte de mí cuando poseo universos de emociones y sentimientos que mostrarme a mí mismo y a las personas de mí alrededor.

Cuando una persona posee buen corazón y una fuerza mental incalculable nada ni nadie podrá impedir que consiga todo aquello que se propone. 

La vida no es solo vivirla, sino saber cómo hacerlo.

¡1,2,3, Fuera! Doctor lo hemos recuperado eligió vivir en vez de morir…

Josep Ramos.





Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares