“El destino es el capricho de los sabios que se obsesionan con mejorarlo cada día. De ahí la gran diferencia entre las personas que aprecian la vida aun quedándoles mucho por aprender y los que tan solo se dedican a vivirla sin saber como”

¿Cuántas veces has dicho: ¿Y ahora qué?. Si te has preguntado alguna vez en tu vida que es lo próximo que te deparará la vida significa que estás en el camino correcto. Lo creas o no, en mi opinión es de vital importancia cuestionarnos cada día cada paso que damos en nuestra vida. Debemos cuestionarnos si realmente lo que estamos haciendo nos está aportando algo en nuestra vida o simplemente lo hacemos porque creemos que nos sentiremos mejor haciéndolo cuando en realidad no estamos equivocando por completo. Sí, muchas veces tendrás esas “dudas” rondando por tu cabeza donde reflexionas una y otra vez lo que te falta o necesitas en tu vida para ser feliz. Lo peor de todo, es que aún existen personas que creen que la felicidad se encuentra en algo material y no en algo que realmente nos haga feliz y lo podamos sentir en nuestra alma y en nuestro corazón de por vida.

 La felicidad es tan relativa dependiendo a quien se lo preguntes que definirla en una sola palabra sería prácticamente imposible. Sí que es cierto que nuestra felicidad debe ser primero creada por nosotros mismos dándonos todo ese amor propio que todo el mundo necesita y ya luego encontrando esos momentos en nuestra vida que nos den esa felicidad. Recuerda algo un momento de felicidad, te dará recuerdos y no lágrimas porque tan solo cuando somos realmente felices es cuando no tenemos ni tiempo para sacar fotos, puesto que, en esos momentos nos preocupaba más que ese momento inolvidable(fuese el que fuese) terminase.

Si eres de las personas que aún se siguen encontrando así mismos y que aún no lo han logrado no decaigas y sigue adelante. He estado en tu lugar y sé lo difícil que es ver como tu vida se desmorona poco a poco y que cada vez que tratas de avanzar algo te acaba destruyendo por completo. Cada problema, hace que nos debilitemos lentamente cada vez más hasta tal punto que queremos abandonar todo con tal de dejar de sufrir, pero créeme, solo cuando la vida te hace llegar a ese “límite” es cuando realmente te das cuenta de lo fuerte que eres y comienzas a darte el valor que tanto mereces. 

A partir de ese momento, ya no te volverás a sentir “solo” o “deprimido” contigo mismo, ya que has aprendido a convivir con tu soledad mientras solucionabas todas esas dificultades que te ponía la vida. Después de ese tiempo de reencontrarte contigo mismo, entendiste que la soledad no es sentirse solo, sino tener tiempo para ti mismo porque sin lugar a dudas, todos necesitamos nuestros momentos de paz en absoluto silencio con nosotros mismos. Si lo miras de esta forma, te darás cuenta de que es una gran ventaja, puesto que, te ayuda a reflexionar más en profundidad sobre todo lo que estás viviendo en tu día a día. Reflexionas dándote cuenta de los errores que has cometido y de que cosas puedes hacer para mejorar tu actitud ante ciertas reacciones de la vida lo cual te convierte en una persona mucho más sabia de lo que eras antes de que reencontrases a ti mismo.

Muchos de ustedes estaréis pensando que suena muy “bonito” decirlo, pero que lo difícil es hacerlo, ya que la vida en sí no es nada fácil. Ni pretendas que tu vida lo sea porque de así serlo, la vida no tendría sentido. ¿Acaso imaginas una vida sin problemas? ¿Realmente crees que aprenderíamos algo de la vida si todo nos saliese bien?. En absoluto mayormente porque cada problema tiene una solución y te guste más o menos de todo aprendes. 

Entiendo que para muchas personas es muy difícil olvidar lo que han vivido y seguir adelante con sus vidas, pero es más el tiempo perdido que están invirtiendo en recordar algo que ya no tiene importancia que en vivir sus propias vidas y desgraciadamente, vida no hay más que una así que tú decides si quieres desperdiciarla o quieres vivirla y disfrutarla al máximo.

El gran fracaso del sabio es olvidarse de la palabra ignorancia porque siempre nos quedará algo nuevo por aprender…

Josep Ramos.