“Nuestro amor estaba en tiempo de descuento y forcé la expulsión de nuestros corazones con tal de añadir tiempo extra a nuestro amor tratando de sanar nuestro dolor”…
Creemos conocer nuestros límites en el amor cuando en realidad cada vez lo que llamaríamos: “situaciones extremas” las vivimos de manera más frecuente. ¿El motivo? Sencillo, queremos tener el control de todo lo que nos rodea y en este caso, de la persona que tenemos a nuestro lado cuando en realidad por controlar, no controlamos ni nuestra propia vida. Cuándo hablo de “control” no hablo de tener el control sobre algo o alguien sino de la situación en la que vives cada situación o relación en tu vida. Al principio, resulta difícil hacerse la idea de que esta vez sí que saldrá todo bien y que todo, será diferente. Tratamos de huir de ese miedo que nos frena una y otra vez arrastrándonos hacia lo más profundo y doloroso que jamás hemos sentido antes: “el rechazo”. Un rechazo, que ha sido creado por nosotros mismos en nuestra mente simplemente, porque es tan sencillo como hacerse de la idea de que ni puedes caerle bien a todo el mundo ni tampoco gustarle a todo el mundo y donde tristemente la sociedad actual, aún sigue sin entenderlo. Es por ello, que prácticamente todas las relaciones en alguna ocasión, han llegado a ese: “tiempo de descuento”.
Tiempo más que crucial en nuestras relaciones, puesto que cada acción cuenta. Cada trato, cada caricia, hasta incluso cada forma de mirar a la otra persona será de vital importancia para que esa relación continúe o se destruya por completo. De nosotros depende si hacer caso a nuestra mente o a nuestro corazón y si tuviese que escoger solo a uno probablemente no podría hacerlo, ya que ambos, tienen algo de razón, ya que de una mente no te libras ni aunque cierres los ojos. Y en cuanto al corazón él decide por ti por mucho que trates de frenarlo es inútil. Lo que siente no siempre será lo adecuado, pero contra unos latidos tan fuertes hacia la persona que te los hace sentir no hay cura posible ni tampoco tiempo que pueda reemplazarlo. Ten muy en cuenta lo que acabo de decir y permíteme explicarte el por qué.
Muchas personas, creen que un amor es sencillamente reemplazable por otro y ya está. En cierto modo sería cierto si no fuese por el pequeño detalle de que los recuerdos son casi imposibles de borrar de nuestra mente. Cada persona ha dejado una huella en nuestra vida. Muchos de nosotros, desearíamos que esa huella por fin se borrase por completo, pero de una forma u otra sería como acabar con nuestra propia vida. De lo que sufrimos aprendemos y eso nos convierte en personas mucho más fuertes que en nuestras anteriores relaciones. No confundas el ser “fuerte” con ser sentimental porque por mucho que trates que tu corazón sea de “hielo” y por miedo a sufrir deje de sentir se derretirá por completo cuando la persona indicada llegue a tu vida te lo aseguro.
Piénsalo de este modo. Si te has visto envuelto en relaciones tóxicas y tormentosas una y otra vez quizás el “tóxico” seas tú y debas cambiar tu actitud para que deje de sucederte tan simple como eso. La toxicidad muchas veces la creamos nosotros mismos por permitir situaciones “tóxicas” que nos hacen daño y aunque en ocasiones tratamos de evitarlas a toda costa, es parte del amor.
No debes arrepentirte por vivir situaciones así en tu vida, pero lo que sí que debes tener en cuenta es que el daño que recibas hoy no lo “pagues” con alguien que no se lo merezca mañana.
El reemplazo en el amor es como una moneda de cambio crees que obtienes un beneficio por ser algo nuevo e innovador, pero al final, sabes que en cuestión de tiempo pierde su valor.
Josep Ramos.
👏👏👌😍❤️😘
ResponderEliminar