Ese sentimiento tan lujoso llamado: “atención”.

Cada vez son más las personas que desconocen este sentimiento tan “lujoso” y que muchas personas pasan por alto. Existen momentos en nuestra vida en lo que debemos plantearnos dos cosas y de manera inmediata. La primera es saber nuestro valor y que límites no pueden sobrepasar esas personas que estén a nuestro lado para llegar a sentirnos inferiores. Y por otro lado, debemos preguntarnos a nosotros mismos si de verdad es amor lo que estamos mostrando a esa persona que tenemos a nuestro lado o tan solo es un pequeño “pasatiempo”  que ni suma ni resta tan solo está ahí como un “complemento” más de vida al que únicamente le das la importancia que merece cuando te “interesa”.

 Lo sé, es bastante duro pensar que todas las personas que aparezcan en tu vida van a hacerte daño, pero aunque no sea así(en la mayoría de los casos) nunca terminarás de conocer a la persona que tienes a tu lado te lo aseguro. Cuando te enamoras de alguien llegas a ese punto donde nada importa. Comienzas a sentir que da igual lo que la otra persona haga ya sea mucho o poco que el amor que sientes por él/ella es tan grande que parece que cada acción que haga está más que “justificada”. Este sin lugar a dudas es el principal error de que todas y cada una de las relaciones acaben en fracaso. ¿El motivo?, sencillo, la falta de comunicación desde un principio. No hablo de poner reglas en el amor ni tampoco de limitar lo que sientes por la otra persona, pero sí, tener claro que cosas quieres en tu vida y cuáles no para evitar este tipo de situaciones. Siempre, una de las dos partes sentirá mucho más. Siempre una persona será mucho más sensible que la otra y sin lugar a dudas lo que a ti te afecta más quizás para la otra persona se trata de una “tontería”. Créeme, la clave para que una relación sea exitosa por mucho tiempo se llama: “empatía”. 

Si no tienes empatía hacia la otra persona te aconsejo que dejes esa relación de inmediato porque tarde o temprano comenzarán los problemas. Poco a poco se irá acumulando todas esas cosas que tanto te molestan, pero que no le dices por “miedo” a hacerle daño cuando en realidad a quien realmente dañas es a ti mismo. pequeñas grietas en nuestro corazón hasta que termina por romperse. Mucho cuidado con llegar a este límite porque llegados a este punto todo te dará igual. Creerás que tu actitud será la correcta aunque le faltes al respeto a la otra persona. 

En tu mente, te harás la idea de que si a esa persona no le gusta lo que piensas pues que se vaya sin más y que no te moleste porque tienes una vida por vivir sin darte cuenta de que tus sentimientos hacia esa persona se han “congelado” por completo y que el “odio” acaba de llamar a tu puerta y lo más probable es que no se vaya nunca a no ser que termines con esa relación. Cuando te ves envuelto en una situación así y no cortas de “raíz” con el problema todo en absoluto se convierte en algo muy tóxico. Todo te molesta de la otra persona e inconscientemente haces casi que cualquier cosa para tener una discusión con esa persona. ¿Te ha pasado alguna vez verdad?, pues permíteme decirte que eso ya hace mucho tiempo que dejó de ser amor.

El amor es una elección y no una obligación y cuando ya te sientes obligado a querer a alguien por rutina o compromiso del mismo modo significa que ya no sientes nada por la otra persona así de simple. Muchas personas se “quejan” a diario que como es posible que después de tantos años esa persona les haya dejado así sin más. Como quien te dice: “hola y adiós” en cuestión de segundos créeme, es parte de la vida y en vez de juzgar al "juego" comienza a hacerlo al “jugador”. Esta comparativa la uso simplemente para que entiendas que cada persona usa sus “cartas” cuando se enamora de alguien, pero una vez "ganan la partida", se acomodan y creen que ese amor perdurará en el tiempo sin apenas cuidarlo. 

Cada vez son más las personas que abandonan a sus parejas de años porque tristemente, no abandonan esa dichosa rutina que a todos nos mata lentamente sin darnos cuenta… El amor debe ser siempre esa vía de escape después de un duro día donde nada más ver la sonrisa de la persona que amas tu día mejore por completo y no al contrario. El amor se trata de sensaciones y momentos que te dejan sin aliento donde tu cerebro está “apagado o fuera de cobertura” y tu corazón en modo “avión” donde simplemente dejas que esos hermosos e inolvidables momentos fluyan.

No hay nada más hermoso que sentir que la persona que amas no solo te quiere con tus defectos e imperfecciones, sino que además, te presta la atención que mereces a diario sin quejarse por ello. Muchos creen que decirle a tu pareja que la extrañas a todas horas o que te pasarías horas hablando con ella con tal de escuchar su melódica voz que hace que tus demonios se calmen y tu alma se sienta en paz cada vez que la escucha es sinónimo de agobio o de ser una persona “controladora” sin darse cuenta de que hay personas que simplemente no saben que hacer con tanto amor porque si te sienta mal que alguien te dé todo su amor en todo su esplendor es que nunca te han querido de verdad…

Un te quiero se puede fingir durante un tiempo fingir ser “feliz” al lado de alguien tan solo dura unos pocos segundos hasta que tu mirada comienza a hablar ya sea para bien o para mal…

En un mundo donde el amor es casi una “lotería” porque las probabilidades de que ese amor sea real bonito y sincero cada vez son menores por la oscuridad de todos nuestros corazones…

Un alma perdida que no encuentra el “amor” recorriendo un mundo donde tan solo reina el dolor…

Josep Ramos.





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