“Ofrecer tu ayuda sin recibir nada a cambio define la persona que eres de verdad y no tan solo quien dices ser, pero recuerda algo: vive de actitudes, pero nunca de apariencias”

El mayor engaño que sufre esta maldita sociedad es creer que todas las personas carecen de “maldad” y que si tú haces el bien el mundo te lo devolverá de la misma manera. Tristemente, todos sabemos que eso no es así en absoluto. Tú podrás ofrecer toda tu ayuda a cualquier persona y quizás, hasta te lleguen a odiar por ello, pero tranquilo, su actitud habla de quien es esa persona no de la tuya y de eso sí que debes estar orgulloso de cómo eres pese a ello.

 Es curioso, ver como a tantas personas les “interesa” tu vida, pero ¿Sabrías decirme a cuántas de esas personas les preocupa tu bien estar? Te aseguro que a menos de las que te imaginas. Vivimos con una idea totalmente equivocada sobre la vida y sobre las personas que nos rodean porque creemos que todas las personas nos van a querer de la misma manera. En ocasiones, olvidamos que no todo el mundo está en la misma “posición” que nosotros y aunque te haya costado años de sacrificio créeme, eso no importa porque nadie lo ve. Lamentablemente, es más fácil criticar a las personas por sus logros que por sus fracasos. De lo primero, solo unas pocas personas realmente se alegrarán de todo lo que has conseguido, pero de lo segundo, te aseguro que la “cola” de personas deseando que en cualquier momento fracases es más larga de lo que te podrías llegar a imaginar.

Al menos en mi caso, a mí, me motiva más que sea lo segundo. No es que me guste que la gente me odie, pero, si tanta gente siente “envidia” por lo que hago o dejo de hacer, significa que estoy haciendo las cosas bien porque no son capaces de hacer lo mismo que yo hago simplemente porque para lograr cualquier cosa en la vida es cuestión de actitud y no solo de intención. Si intentas algo en la vida asegúrate de haber fracasado primero una y otra vez de lo contrario tras tu primer fracaso, abandonarás por completo ese proyecto que tenías entre manos. 

El éxito, es más simple y sencillo de lo que crees, pero no todo el mundo está capacitado para jugárselo todo a la “última carta” constantemente en su vida. A menudo, tendrás que verte en situaciones donde los “límites” van más allá de su significado y sin importar que tanto te esté costando lograrlo después de la primera caída vendrán muchas más así que acostúmbrate a fracasar hasta que puedas llegar a sentir que has triunfado en tu vida. ¿La solución? Sencilla, un paso más cada día y nunca un paso atrás. Si algo te está costando conseguir es que realmente merece la pena. Si cada día sientes esa necesidad de abandonarlo todo es cuánto más debes esforzarte, puesto que, estás un paso más cerca de lograr tus objetivos. No hay “atajos” para el éxito, pero sí que hay un camino para el fracaso: “seguir haciendo exactamente lo mismo que hasta ahora esperando que algo en tu vida cambie”.

Muchas personas, suelen preguntarme como he llegado hasta donde estoy en la actualidad. Son muchas las personas que creen que ha sido cosa de suerte, pero, la suerte hay que buscarla y una vez la encuentres es tu sacrificio el que definirá que tan lejos podrás llegar en todo lo que te propongas. Suerte, es ganarse un premio de la lotería sabiendo que las probabilidades de que eso ocurra no llegan ni al 1%, pero de nada sirve ser millonario de la noche a la mañana si posees “pobreza” en tu mente porque a los pocos meses, volverás a encontrarte en el mismo lugar que meses atrás “confiando” en el azar para volver a ser millonario y créeme, el éxito no funciona así.

Si envidias a una persona por tener éxito en la vida deberías comenzar a buscar el origen de tu “problema” porque si alguien ha logrado todo lo que se ha propuesto en la vida y tú no significa que no te has esforzado lo “suficiente” de ahí la gran diferencia entre las personas que aún siendo “extraordinarias” se esfuerzan cada día por llegar a más y más y las personas que se conforman con llegar al primer escalón.

Tu “escalera” hacía el éxito debe ser “infinita” porque ningún logro es suficiente ni ninguna meta es inalcanzable siempre y cuando, tengas la actitud que se requiere para ello…

Josep Ramos.