“Las sonrisas y las lágrimas podrían tener una hermosa relación si no se criticasen mutuamente”.

Lo creas o no, todo está relacionado. A veces, lloramos por circunstancias donde en realidad deberíamos estar sonriendo y en ocasiones, sonreímos por en vez de llorar ¿sin sentido verdad?. Créeme tiene una explicación y muchas personas aún siguen sin entenderlo.

Todos en algún momento de nuestra vida hemos vivido una situación “traumática” que nos ha dejado marca de por vida. quizás un desamor, o tal vez algún tipo de “conflicto” sea el que sea que ha hecho que tu mente cada vez que lo recuerda haga que te vengas abajo. Pese a ello, siempre tratamos de usar esa “barrera” y es aquí donde es protagonista nuestra sonrisa. Le sonreímos a la vida, pero le “lloramos” a nuestro corazón porque sin lugar a dudas, puedes fingir ser feliz por fuera, pero nunca podrás engañarte a ti mismo de lo que sientes por dentro.

 Sin casi darnos cuenta, sonreímos por miedo a ser juzgados sí, como lo lees. Aunque parezca increíble, gran parte de nuestra sociedad tiene un nivel muy alto de “optimismo” por prácticamente todo hasta tal punto que me atrevería a decir, que hay personas que parece que tengan el “corazón de hielo” y que ni sienten ni padecen. En mi caso, no va en mí fingir algo que siento. Si me siento bien conmigo mismo, lo muestro y si me siento mal, pues también así de simple. 

No entiendo esa “manía” de querer aparentar ser alguien que no eres con tal de que el resto del mundo te vea bien. ¿Acaso crees que de eso consiste tu vida? ¿De fingir nuestras emociones con tal de agradar a los demás?. Lamento decirte que no es así y que por ello, sufres cada día. Podrás engañar a tus familiares y a tus amistades, pero nunca, al que tienes frente a tu espejo cada mañana recuérdalo.

Sigo sin entender el por qué en ocasiones, nos afecta tanto a nuestra vida nuestras emociones. Si lo piensas fríamente te darás cuenta de que lo que sentimos a diario es prácticamente el “núcleo” de nuestra vida. si estamos bien con nosotros mismos lograremos llegar a esa “cima” de sueños y metas que tanto nos proponemos y luchamos a diario, pero sin embargo, del mismo modo cuando algo nos afecta o nos hace daño, subimos un “escalón” y bajamos siete de golpe. En ese momento, todo lo que hemos construido se derrumba. Entramos en un "laberinto sin salida" de emociones tan inestables, que parece como si estuviésemos continuamente en una “montaña rusa”. Pasamos algunos días estables, y otros, no tanto. 

Hay días, en los que sonreímos y lloramos de emoción y otros en los que nuestras lágrimas son parte de la “lluvia” y que inevitablemente, no podemos controlar lo que sentimos en ese momento. Lo malo de todo esto es cuando superamos este pequeño “bache” en nuestra vida. Ahora toca, perdonarnos a nosotros mismos por el tiempo perdido. Es momento, de abrir aún más los ojos y darnos cuenta de que no solo malgastamos nuestro tiempo en algo que tenía solución, sino que también, malgastamos nuestra vida. Inevitablemente, los problemas de la vida no se pueden controlar y cuando algo nos ocurre en lugar de venirnos abajo debemos afrontarlos tal como vienen así sin más porque en la mayoría de ocasiones, es tan solo una pequeña “ola” la que nos golpea y no “tsunami” como aparenta ser ¿Lo entiendes?.

Recuerda algo: la persona que sea capaz de controlar su cuerpo será capaz de controlar su mente y en consecuencia, su vida. dejas de controlar cualquiera de las 3, y lo pierdes todo nunca te olvides.

Sí sonríes, sonríe con el alma y si lloras, hazlo con el corazón, pero nunca, finjas estar bien cuando no es así ni tampoco, sonrías engañándote a ti mismo creyendo que eres feliz cuando en realidad no lo eres.

¿Quieres ser feliz? Bien, comienza por ti y te darás cuenta de que no hay nada más importante en la vida que el amor propio.

Josep Ramos.



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares