“Yo no caigo yo aterrizo para nuevamente, volver a despegar”

De mis errores aprendí que yo no me “caigo” sino que aterrizo y que nuevamente despego con muchas más fuerzas, más ganas, y más sabiduría que antes de cometer ese error o de haber tenido que vivir esa situación en mi vida. Créeme cada día me doy más cuenta de lo verdaderamente fuerte que soy. Me han ocurrido cosas que muchas personas quizás a día de “hoy” tendrían pesadillas con ello y sin embargo para mí, tan solo son cicatrices convertidas en recuerdos y aprendizaje que me han ayudado a estar donde estoy ahora mismo en mi vida. 

Al final va a ser cierto eso que dicen de: “lo que no te mata te hace más fuerte”. No solo nos hace más fuertes, sino que también, nos hace darnos cuenta de que lo único que puede acabar con nosotros es la “vida” cuando decide saludar a la “muerte” de resto, somos capaces de soportar prácticamente “cualquier cosa”. Con esto no quiero decir que cada vez que alguien te haga sufrir o algo te haga sentirte mal no vas a sufrir por ello al contrario, pero eso sí, no con la misma intensidad que en un principio te lo aseguro.

 Cada error que cometes en la vida, es como ir subiendo un escalón más hacia lo que yo denominaría: “éxito emocional”. Sí, eres una persona de éxito cada vez que te equivocas porque el simple hecho de haber cometido un error ha hecho que hoy, seas mucho más sabio que ayer pero menos que mañana. ¿De qué sirve sufrir o equivocarse si no aprendemos de ello?. De nada en absoluto y aunque en ocasiones creas que vives en una constante “nube negra” y que solo a ti te ocurren cosas malas recuerda, que el sol y la luna nunca salen a la vez y de la misma forma, lo que tú sientes que para ti es algo “doloroso” e insoportable de vivir con ello, para otras personas que están mucho peor que tú, es tan solo una pequeña lección de vida. Te daré un consejo y espero que lo sigas siempre al pie de la letra si quieres que tu vida mejore. Cada vez que algo malo te ocurra recuerda todo lo bueno que posees en tu vida, pero que sin embargo, no le das la suficiente importancia como: tu familia, tus verdaderos amigos hasta incluso, esas personas que no te conocen lo suficiente, pero que darían su vida por ti y cuando reflexiones sobre ello, te darás cuenta de que, tan solo es una “prueba” más de la vida y que no es para tanto te lo aseguro.

Sinceramente, y aunque me llaméis “loco” cuando realmente aprendí a conocerme y quererme más a mí mismo fue cuando sentí que mi vida ya no tenía sentido. Cuando llegué a ese punto donde sentía que caía en un “agujero negro” infinito y que nunca más podría volver a seguir adelante con mi vida. Fue entonces, cuando me di cuenta de que poseía mucho más “coraje” del que creía. 

Fue entonces, cuando mis lágrimas se secaron por completo y comenzaba a sonreírle a la vida porque simplemente, comprendí que hay días buenos, días malos y días donde simplemente nuestras emociones cambian de manera inmediata. Pero, ¿sabéis qué?. de eso se trata la vida. de a veces controlar nuestras emociones y otras, no tanto. De en ocasiones, llorar en silencio y otras en público sin importarte lo que las demás personas piensen de ti. Y existen momentos en la vida que sin duda alguna no se volverán a repetir jamás porque todos somos reemplazables pero ninguno, irrepetibles. 

Es ahí, donde se encuentra la verdadera “magia” de la vida el saber que la vida es como es y hay cosas que no podemos cambiar ni tampoco hace falta usar “trucos” porque simplemente la belleza de la vida se encuentra en la sencillez de lo que hacemos y sentimos de manera natural…

Nadie podrá igualarte y esa es tu virtud, ellos querrán hundirte y menospreciarte y ese es su “defecto”. Cuando tratas de “sabotear” a alguien tan solo porque tú no eres capaz de lograr lo que esa persona sí que ha logrado es cuando descubres que tu vida no es completa sino mediocre…

No brillas por tu sonrisa, sino por la calidad de tus acciones ante la vida…

Guárdame el secreto: “La vida no fue creada por ti, pero lo que tú hagas con ella sí”.

Josep Ramos