“La sabiduría se comprende cuando entiendes qué personas a lo largo de tu vida son las que te suman, las que te restan, y las que simplemente, no te aportan ni una cosa ni la otra”

Qué tarde nos damos cuenta. Que tarde aprendemos que en la vida no todo el mundo querrá verte feliz y solo una pocas personas, serán las que te acompañen en ese duro, pero satisfactorio viaje de camino hacia el éxito. Sin lugar a dudas, con el paso de los años comprendí que mi mayor reto soy “yo mismo”. Mi única lucha es contra mí mismo y no debo demostrarle nada a nadie. Te aseguro que cuando comienzas a hacer las cosas por y para ti, ya se encargará el resto del mundo de que tu “éxito” retumbe hasta en el mismísimo universo. 

Puedes estar seguro de que a medida que progreses en la vida con ello, aparecerán personas en tu vida que querrán formar parte de ella. Mucho ojo con esto porque aunque a veces nos cueste darnos cuenta, la gran mayoría de personas te querrán por algún tipo de interés. Ya sea por un mayor “status social” o simplemente, porque se han dado cuenta de que tú has logrado todo lo que te has propuesto y que sin embargo para todas y cada una de esas personas, no es más que un simple sueño que probablemente, nunca cumplan en sus vidas. Mi consejo es que te alejes de esas personas lo antes posible. No tienen nada bueno que enseñarte y después de tanto sacrificio, si debes dar pasos que sean siempre hacia delante pero nunca, hacia detrás… 

Como todo, en la vida son pequeñas “etapas”. Habrá momentos en tu vida que pese a haber logrado todo lo que te has propuesto sientas que algo te falta. Habrá días en los que la falta de motivación te jugará malas pasadas, pero pese a ello, nunca te vengas abajo y recuerda siempre, todo lo que te ha costado llegar hasta donde estás y te aseguro que volverás a motivarte de manera instantánea. En mi opinión pienso que si quieres crecer como persona debes comenzar por ti mismo. Lo creas o no, cada vez son más las personas que se dejan influenciar por todas esas personas que te “aconsejan” a hacer esto o lo otro para que tu vida cambie de manera casi que “radical”. En mi opinión, yo no aconsejo seguir los consejos de nadie. Es importante que eduques tu mente a base de fracasos. A base de decepciones amorosas y a base de que las personas que creías que eran tus “amigos” te fallen constantemente una y otra vez hasta que entiendas, dos cosas fundamentales en la vida. la primera, es que la vida es “injusta”. Sí, tal como lo lees no importa lo que hagas. Si haces cosas por los demás y eres buena persona si alguien quiere hacerte cualquier daño “emocionalmente” te lo hará así de simple y no debes “asustarte” ni mucho menos, cuestionarte tan solo recuerda, que cada quién da lo que es.

 Observa el comportamiento de esa persona que te hizo daño y déjala ir te aseguro que no necesitas a personas así en tu vida. Y la segunda es tener “empatía”. Aunque os resulte extraño, si careces de empatía es como si directamente no tuvieses alma… . Es importante, entender que todas las personas somos “iguales” y no debemos juzgarlas porque tengamos un pensamiento diferente sobre ellas. Son más las veces que dejamos que nuestras emociones nos controlen que las que realmente sentimos. Es por ello, que muchas veces nos sorprendemos al conocer a alguien que es totalmente lo contrario a lo que nos habían dicho previamente. Con esto quiero decir, que si permites que alguien te hable mal de otra persona que ni conoces, de la misma forma, esa persona hablará mal de ti a tus espaldas te lo aseguro.

 En mi opinión, la empatía es una de las muestras de amor más hermosas que podemos mostrarle a las personas porque sin importar como son, sus ideologías o que es lo que quieren en la vida, somos conscientes de que cada persona lucha diariamente una “guerra interna” que nosotros desconocemos por lo tanto, mi consejo es que comencemos a usar la empatía como una “asignatura” obligatoria de vida y menos el ser “jueces” dictando sentencia a personas que no se merecen ser juzgadas de esa manera. 

A nadie, le gusta ser criticado y mucho menos, ser odiado por nadie. Al menos en mi caso, el odio no forma parte de mi vida. Si odias a alguien no haces otra cosa sino, consumirte a ti mismo poco a poco. Malgastas energía que necesitas en personas a las que ni les importas y tú mientras tanto, deseándole a alguien todo lo malo que sientes hacia esa persona. Recuerda, la vida es un boomerang que lanzas y tarde o temprano regresa nunca lo olvides…

Las buenas personas que deben permanecer en tu vida deben ser como los “faros” siempre que los necesitas, están ahí para alumbrarte la vida  recordándote cada día que no estás solo y que puedes con todo.

Josep Ramos.