El poseer la capacidad de decir un: “Sí” con confianza y un “No” con sabiduría.
Para muchas personas, quizás algo insignificante, pero, cuando entiendes la importancia de tomar todas y cada una de tus decisiones en el momento “preciso” entiendes el verdadero valor que tienes como persona y sobre todo, el que merecen las personas a tu alrededor te lo aseguro.
Años atrás, solía siempre darle la razón a las demás personas cuando por los motivos que fuesen no estábamos de acuerdo en algo. Recuerdo que para evitar conflictos, tan solo permanecía en silencio durante un periodo de tiempo y simplemente decía a todo: “sí”. Creedme, nunca bajo ningún concepto permitas que nada ni nadie, te haga dudar sobre la toma de tus decisiones a diario. Si algo te parece bien, dilo, pero si en algo no estás de acuerdo, comunícalo también. Yo no me di cuenta del problema tan grande que existía en dejar que otras personas decidiesen por mí hasta que me comencé a dar cuenta de que carecía de “personalidad”.
Es probable, que ahora creas que realmente tienes personalidad. Sí es así, perfecto. Pero si te ha pasado lo que a mí en algún momento de tu vida entenderás lo que trato de explicarte. Muchas personas se “quejan” de la falta de comunicación que existe en la actualidad pero permíteme decirte, que la culpa es nuestra. Es nuestra culpa por permitir que cuando algo no nos gusta o no estamos de acuerdo, actuamos como si no nos importase. Para muchos, quizás sea un gesto de “madurez” pero de nada sirve mostrar la mejor de tus sonrisas al comentario de alguien, para luego cuando reflexiones en tu soledad te “frustres” contigo mismo por actuar de una forma, que no va acorde a tu persona.
Es probable que no le des tanta importancia como le doy yo, pero sin darnos cuenta, poco a poco, se va convirtiendo en un “hábito”. Un hábito que muy pocas veces es difícil de controlar y donde pasamos de tomar nuestras propias decisiones a que siempre, alguien las tome por nosotros ¿Entiendes?.
Quizás sea demasiado arriesgado lo que voy a decir, pero en mi opinión, es lo más parecido a una “dependencia emocional” que existe. Tener el hábito de decir a todo que “Sí”, es carecer de personalidad en absoluto y cuando comenzamos a darnos cuenta de nuestro error resulta muy difícil cambiar nuestra actitud.
Seguramente, os ha pasado que a medida que pasa el tiempo(sigo sin entender el motivo) las personas creen, que sigues siendo la misma persona que hace años. Creen que tu vida no ha sufrido ningún tipo de cambio y dan por hecho que pueden tratarte de la misma forma que cuando tenías 14 años. De verdad, ¿En qué piensan esas personas?. A veces creo, que esas personas se han quedado “atrapadas” en la eterna juventud creyéndose “Peter pan” o algo parecido cuando en realidad la vida, pasa igual de rápido para todos. O avanzas o te quedarás atrás, pero no creas, que todo el mundo debe pensar o actuar como tú.
Te preguntaré algo: ¿Confías en ti?. Sí, quiero decir, ¿Crees que eres una persona que inspira confianza?. Si no puedes responderme ninguna de las preguntas que te acabo de hacer, es muy probable que sigas en una transición “dubitativa” en la que no tengas esa “seguridad” en ti mismo que te permita tomar tus propias decisiones sin importar la reacción de la otra persona.
Es curioso porque la “moda” actual, es “bloquear” a una persona de una red social o de cualquier medio de comunicación con esa persona y olvidarte para siempre. En mi opinión, me genera una tristeza enorme tener que pasar por situaciones así. Si algo se termina ya sea: una amistad, relación etc.… se deben hablar las cosas como personas adultas con sinceridad y sin mentiras y luego, seguir cada uno con sus vidas así sin más. Por simple que os parezca, conozco personas que viven y vivirán arrepentidas toda su vida por no haber solucionado las etapas de su vida que a día de hoy, siguen atormentándoles.
Las decisiones en la vida no son como “trofeos” que tienes en una vitrina y contemplas a diario. Cada decisión conlleva una consecuencia y si no aprendes la importancia de decir la palabra “sí” por decisión propia y la palabra “No” cuando algo no sea de tu agrado ¿Acaso crees las personas de tu entorno te tomarán en serio?. Es lo más parecido a una “carta de libertad” donde tú estás de acuerdo con todo lo que hagan o digan sobre ti las demás personas. No debe importarte lo que las demás personas piensen sobre ti, pero sí, debe importarte que en todo momento, hayas sido tú mismo a la hora de hablar, de sentir en fin, de vivir en general.
Un “sí” puede marcar un antes y un después en tu vida. si te acostumbras a decirlo muchas veces, significa que en la mayoría de esas veces estás mintiéndote a ti mismo. Todos sabemos que no puedes estar de acuerdo con todo en la vida. No puede gustarte todo en absoluto de la otra persona que tienes a tu lado ni tampoco, creer que las personas no tenemos “defectos”. Si buscas la perfección, comienza por preguntarte si tú eres perfecto y luego “opinas” sobre el resto. Sí, opinar no juzgar porque bajo ningún concepto, tienes el “derecho” para hablar mal sobre alguien cuando seguramente, en infinidad de ocasiones, tú has hecho lo mismo…
El: “yo nunca lo haría” o “nunca te haría daño” son las dos mayores mentiras que nos decimos a nosotros mismos cuando la realidad es otra totalmente diferente. Si nunca lo has hecho, lo acabarás haciendo te lo aseguro. Y si crees que nunca le has hecho daño a nadie, te invito a recordar todas esas conversaciones donde seguramente, el daño en forma de “odio” se expresaba en palabras sin apenas esfuerzo.
Nunca olvides que llegado el momento, un “sí” no siempre será la mejor opción, pero si realmente sientes eso que estás viviendo, no te engañes a ti mismo y deja que fluya…
Del mismo modo, un “NO” como respuesta aunque duela, será siempre la decisión más acertada cuando algo o alguien en nuestra vida nos limite.
¿Dependes de ti o de alguien más? Hazte esta pregunta cada vez que sientas que estás perdiendo las riendas de tu vida…
Un “sí” sincero para “matar” las emociones y un “No” con sabiduría para comprender la gran diferencia entre: hacer lo que nos conviene y hacer lo que realmente sentimos…
Josep Ramos.
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