“Te faltan vidas para conocerme y siglos para entenderme. La eterna conversación que mantienen mi mente y mi corazón”.
Pues sí, he de decir que hay días en los que mi mente y mi corazón están en una constante “guerra” por decirlo de algún modo. Eso me hace darme cuenta de que siempre, habrá algo por lo que ser mejor persona. Siempre habrá tiempo para ayudar a los demás en los momentos más difíciles aunque en ocasiones, cuando aparecen en mí situaciones difíciles yo sea mi única ayuda. Sí que es cierto, que cada persona, afronta los problemas de una forma u otra. Lo que para mí puede ser algo “insignificante” quizás para ti resulte ser un “mundo” pero tranquil@, es tan solo cuestión de tiempo para que algún día, pienses como yo.
Si pudiese pedirle algo a la vida, le pediría precisamente eso: “tiempo de vida”. Tiempo, para conocerme a mi mismo aún más de lo que ya me conozco. Tiempo, para aprender sobre las demás personas hasta tal punto, que sea capaz de “analizar” con una simple mirada, si esa persona me aportará algo bueno o no en mi vida. La realidad de la vida es que, cuanto más la vivimos, menos la entendemos y aunque os parezca extraño, cuánto más aprendes más sobre ti, o sobre la vida en general, más son las dudas y las preguntas que te haces a ti mismo.
Tengo muy claro, que el conocimiento es “poder”. Cuanto más aprendemos más queremos seguir descubriendo sobre todo eso que hemos aprendido. No importa la edad, ni tampoco el tiempo de vida que siempre, habrá lugar para el aprendizaje(sea el que sea). Cuando hablamos sobre la mente, es prácticamente como si nos sumergiésemos en un “universo” de emociones y sensaciones tan “infinitas” que dudo mucho que alguien comprenda todo lo que pensamos a diario.
Seguramente, te ha pasado que sin motivo aparente llegan a tu mente pensamientos sobre cosas que habías previamente reflexionado hace ya días. Al menos en mi caso, me resulta “rara” la sensación porque me pregunto a mí mismo: ¿Por qué he vuelto a pensar en ello?. Al principio no lo entendía, pero, con el tiempo, me di cuenta de que era una “señal” para darme cuenta de que había dejado algo sin hacer. Efectivamente así era. Te pondré un ejemplo para que puedas entender un poco más lo que trato de explicarte.
Supongamos que mantienes una conversación con alguien que eres consciente que te ha hecho daño o que simplemente, ya no le importas como antes, pero que tú sin embargo, sigues manteniendo contacto con esa persona. Bien, con el tiempo te das cuenta de que la “cordialidad” por decirlo de algún modo que debes seguir manteniendo ya sea, por trabajo o por tratarse de algún familiar, deja de importarte cada vez más y más y comienza a verse reflejada en ti, esa enorme “frustración” que sientes hacia esa persona.
Lo más “fácil” sería ir a hablar con esa persona, discutir sobre vuestras diferencias creando un problema mayor, pero ¿Y si simplemente hablas con esa persona y dices todo lo que sientes?. Aunque os parezca una tontería, la sinceridad esconde un “poder” bastante grande que muy pocas personas hacen uso de ello. Decirle a alguien lo que te molesta de esa persona o lo que te gusta(lo tenga en cuenta o no) ya hace que al menos, tú sientas esa tranquilidad de que no te estás “engañando” a ti mismo por decirlo de algún modo ¿Sabes a lo que me refiero?.
Ignoras, lo bien que te sientes después de decirle a alguien lo que piensas sobre él/ella así les disguste o no. No sé explicarlo muy bien con palabras, pero, es una sensación como de “alivio” interno que hace que recuperemos nuevamente nuestra “paz interior”. Personalmente, soy de los que piensa que prefiero que me odien por mi sinceridad a que me admiren por mi hipocresía os lo aseguro…
Volviendo a esa extraña “guerra” entre nuestra mente y nuestro corazón en mi opinión, eso ocurre porque a veces, existen "miedos existenciales" dentro de nosotros que llega un punto en el que no podemos controlarlos y simplemente, comienzan a verse reflejados en nuestra persona. Eso hace que de un momento a otro, nuestra personalidad cambie por completo. De ser una persona calmada y razonable, podemos convertirnos en alguien “odioso” y sin sentimientos en cuestión de segundos. Muchos creen que se trata de algún trastorno “bipolar” de esa persona, pero a mí me gusta ir mucho más allá que eso. A todos sin excepción, nos ha pasado eso alguna vez es más, me atrevería a decir, que todos, tenemos “etapas” en nuestra vida en la que todo nos molesta, cualquier cosa nos hace daño, hasta incluso, creemos que todo lo que nos ocurre es porque realmente lo merecemos. Creedme, tan solo se trata de nuestra mente haciéndonos “jaque mate” una y otra vez para hacernos creer a nosotros mismos, que nuestra vida, no vale nada en absoluto. La solución es simple: analiza, borra y actualiza.
Analiza en qué momento de tu vida te encuentras en estos momentos. ¿Qué cosas te hacen feliz?. ¿Sientes rencor u odio por alguien?, ¿o quizás es algo del pasado que te sigue atormentando?. En cuanto a lo primero, todos sabemos que nos hace sentir “en paz” con nosotros mismos. Todos, tenemos ese algo llámese, una actividad, un hobby, o simplemente, nuestro “tiempo para sanar” en donde, vemos la vida de otra manera y de una forma lo más cercano a la felicidad plena que existe. Bien, pues si sabes lo que debes hacer no esperes a que se te pase la vida para hacer lo que te hace sentir bien.
Por otro lado, el mañana es el pensamiento del hoy de un futuro que ya no existe. Y con esto quiero decir, que si tienes algún tipo de resentimiento hacia alguien(por los motivos que sean) no dejes esa "espina" clavada dentro de ti. Ve, y habla con esa persona, “silencia” a tu orgullo y escucha a tu corazón y te aseguro que te sentirás mucho mejor.
Si es tu pasado el que te atormenta constantemente, la solución es más sencilla aún: “seguir adelante”. Sí, tan simple como eso. Lo que viviste ya no es de tu incumbencia y si lo es para alguien más, el problema es de esa persona por no superar el pasado y no centrarse en el presente que es lo que de verdad importa.
Las tormentas en nuestra mente son temporales, y el progreso es opcional, pero solo mediante cambios en nuestra vida podremos siempre estar donde queremos estar…
Descansa tu mente y “enciende” tu vida porque muy pronto entenderás que “mente y alma” serán la cura de tu vida…
Josep Ramos.
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