“Despejé la x y obtuve el resultado y para mi sorpresa, tu valor era = 0. Fue entonces, cuando comprendí que una pequeña suma de acciones no son siempre, un resultado positivo para nuestra vida”
Lo comprendí, fue culpa mía. Fue mi culpa por darte un valor de "diamante" cuando en realidad, no eras más que una simple “piedra” con la que volvería a tropezar. Al principio no quería verlo, puesto que, cuando realmente comienzas a sentir amor por esa persona, se nos "apaga" el mundo y se nos "enciende" nuestro corazón. Sí que es cierto, que a veces el valor que le damos a las demás personas, es hasta incluso más, que el valor que nos damos a nosotros mismos.
Aunque parezca una tontería, el hacer este tipo de “acciones” implica que nuestros valores cambien. Implica, que nuestra manera de sentir parezca siempre “insuficiente” porque creemos, que esa persona, es como si se tratase de un “oasis” en medio del desierto. Donde la necesidad, siempre va a “perforar” nuestros sentimientos de tal forma, que nos olvidamos de controlar en todo momento, lo que sentimos, lo que decimos, y hasta en el peor de los casos, lo que estamos dispuestos a sacrificar por la otra persona. Sí que es cierto, que no siempre “sacrificarse” es un error, pero en tu caso, si lo fue. Lo fue porque, mis sacrificios solo me llevaron a perder tiempo de vida y a dejar de disfrutar, de todos aquellos momentos que me hacían feliz. Dejé de lado, toda la felicidad que sentía por mí mismo y por la vida para dártelo a ti. Ese fue mi problema, dar más de lo que merecías aún sabiendo que primero, debía pensar en mi bienestar y luego en el nuestro. Porque como ya sabes, no importa lo enamorado que estés de alguien que si no lo haces previamente de ti mismo, el "caos", está asegurado.
Nunca he esperado más de nadie porque simplemente, he dado por hecho que todo el mundo, debe dar al menos, lo mismo que yo doy. Daba por hecho, de que todas las personas cuando te decían la palabra: “te quiero” realmente era sintiéndolo y no tan solo una palabra más, que podemos decir a diario como si se tratase de un “hola” temporal convertido en un “adiós” para siempre.
Gracias a encontrarme a personas así por el camino, me convertí en alguien que jamás pensé que podría llegar a ser. En una persona, capaz de sentir cuando “molesta” en la vida de alguien y cuando realmente es importante para las demás personas en sus vidas. Obtuve el equilibrio que tanto necesitaba a base de quererme a mi mismo. a base de creer en mí, en mis capacidades, y sobre todo, en todas aquellas cosas que aún, me faltaban por hacer. Entendí, que lo que duele no es la “picadura” sino el “veneno” que en el caso del amor, es lo que te va "matando" lentamente…
Aprendí a controlar mi impulsividad sobre que decir, y como sentirme en todo momento. no porque mis sentimientos no fuesen ciertos, sino que, por fin comprendí, que todo lo que siento y muestro hacia las demás personas a partir de ese momento, debían, tener un: “derecho de admisión”.
Al principio sentía, que estaba pidiendo demasiado. Que nadie me querría así. Luego de pensarlo durante unos cuántos meses, comprendí que era lo que merecía. Entendí, que si nadie está dispuesto a sentir de la manera que yo lo hago, de quererme del mismo modo que yo lo hago, entonces, esa persona no era digna para estar en mi vida. puedo aguantar un poco menos de amor pero nunca, sentirme como si los sentimientos de las personas hacia mí, fuese cosa de algún tipo de rutina de la que tarde o temprano, te acabarías aburriendo…
Soy dueño y señor de mi vida y de mis sentimientos. Mis emociones, son tan catastróficas como un tsunami que por donde quiera que paso, arraso con todo. pero si lo piensas, entenderás que esa, es la forma más bonita de sentir cuando lo das todo, pese a que del mismo modo que lo diste, puedas perderlo por completo…
Comenzaré las veces que hagan falta hasta que mis sentimientos le pidan a “gritos” a este sentimiento llamado: “amor” que realmente, voy en busca del amor verdadero. Ese, que ya solo permanece escrito en libros o en novelas de amor, o aquel, que solo se ve a diario en películas y que a todos(sin excepción) nos gustaría tener un amor así de por vida…
Un amor, en el que el tiempo sean sus ojos, y la vida, su sonrisa y que todo lo demás, deje de importar…
Josep Ramos.
👏👏😍🥰❤️😘
ResponderEliminarMe encantó....no dejás de sorprenderme ....🥰 Lo sentí cómo si ésas palabras fueran mías. 👏👏👏👏
ResponderEliminar