“Noches en las que tu mirada le provoca desvelos a mi corazón tratando de encontrarte en cada uno de mis latidos”.

En ocasiones, ocurre. Sí, así sin más cuando menos esperas nada de nadie, aparece la vida en “forma de todo” y te lo entrega. Aparece ese alguien, capaz de hacer que tu sufrimiento duela menos, y que tu corazón, comience a latir mucho más deprisa. En cierto modo, tus sentimientos habían “fallecido” por completo. Tus ganas de amar seguían intactas pero, sin embargo, tus esperanzas no... Te hiciste la idea, de que debías amarte a ti mismo y disfrutar de ese “amor” que te das a ti, sin esperar que nadie comparta este sentimiento tan bonito como lo es: “amarnos”. 

Amarnos, requiere saber que tanto “comprendes” el amor. Cada forma de querer, te demostrará exactamente todo aquello que necesitas saber sobre esa persona. Si existe luz u oscuridad en su mirada, pero sobre todo, aprendes a “leer” su alma y a “abrazar” su corazón, pudiendo sentir ese “cálido” sentimiento inexplicable que tan solo sentimos cuando nos enamoramos de verdad. Por desgracia, algo así no se suele sentir muchas veces a lo largo de nuestra vida. Sí lo piensas, entenderás que todos sabemos decir: “te quiero” pero no todos, interpretamos nuestras verdaderas intenciones. ¿Qué conlleva querer a alguien?. Querer a alguien, conlleva  tener ese compañero de aventuras y batallas que nunca se rinde. Querer a alguien, es saber que habrá momentos, en los que sentirás que te falta el aire y otros, en los que te sobrarán suspiros de tantas cosas bonitas que vives al lado de esa persona al mismo tiempo.

 El “fallo” por decirlo de algún modo, en las relaciones de hoy en día, es que no le sonríen a sus “almas” mutuamente le sonríen a un físico o a una atracción “temporal” que con el tiempo, se acaba “borrando” por completo. El amor, debe convertirse en esa “necesidad vital” para que sea puro y auténtico de no ser así, tan solo es un "viajero" más que sube al tren de tu vida, pero que muy pronto, se bajará en la siguiente estación…

No abras las “puertas” del corazón de alguien al que del mismo modo que la abriste, piensas en cerrarla cada día. Recuerda siempre que una relación es de dos, pero que debe unificarse siendo casi que "unipersonal" de lo contrario, siempre habrá esa “eterna” y “dolorosa” discusión entre el que quiere más, y el que demuestra menos casi que de por vida…

Cuando comiences a enamorarte, no huyas. No salgas corriendo por creer que nuevamente, vas a sufrir por amor. Si sufres no se llama “amor” sino “sufrimiento” por lo tanto, mientras fluya al mismo ritmo que tus sentimientos hacia esa persona, “cúrense” mutuamente el mayor tiempo posible. Sí, no tan solo se trata de amar, sino de "curarnos" mutuamente cada día. Siendo esa “aguja” que cose todas nuestras heridas almacenadas en recuerdos. “Curar” a esa otra persona, para que se sienta tan “libre” que sienta que puede volar en soledad, pero que prefiere hacerlo en compañía porque cada vez que te mira siente, que eres ese “ave fénix” que le ayudó a resurgir de sus cenizas una y otra vez…

El amor, no se trata de improvisarlo a medida que se va viviendo, se trata de crearlo. De crear un vínculo tan fuerte, como si se tratase de ese alguien con el que llevas “enamorad@” toda una vida, hablando de esa persona, como si fuese la mayor de tus admiraciones porque sin lugar a dudas, no hay mayor muestra de amor, que agradecerle cada día a esa persona, lo afortunado que eres de tenerla. Y no, no  es ningún gesto de debilidad ni tampoco, que te desvalorices en absoluto, es más, tan solo le estás recordando a esa persona, que posee un valor “incalculable” del que siempre, te vas a sentir orgulloso…

Caminad juntos en los días de tormenta y también, en aquellos días, donde brille el sol, porque si eres capaz de mantener un amor así a diario, habrás aprendido todo del amor sobre todo, lo prioritario…

En tus ojos, puedo ver ese arcoíris de emociones indescriptibles que mantienen en “paz” a mi corazón y a mi mente “desconcertada”.

Confesiones de un amor poco frecuente, que terminó siendo lo que hoy conocemos cuando decimos: “PARA SIEMPRE”.

El mayor de mis desvelos es cuando siento que abrazas mi alma y “silencias” a mi corazón …

Josep Ramos.