“Aprendes a quererte de verdad cuando los logros de otras personas te hacen feliz. Aprendes, que la vida en ocasiones son constantes estrellas fugaces de momentos inolvidables y otras veces, largas y duras batallas contra nosotros mismos, pero de igual forma, es parte de la vida”.
Es sin duda, el mejor momento de nuestra vida. cuando llegas a ese punto de emociones casi que inexplicables cuando tu entorno logra sus mentas es cuando realmente este corto viaje, ha merecido la pena. Es una sensación tan increíble que sin duda alguna, muy pocas cosas pueden superar algo así. Hablo de ver la constancia y el sacrificio de todas esas personas que para nosotros significan algo en nuestra vida y que con el tiempo, logran todo lo que se han propuesto.
Probablemente, no lo recuerdes, pero, cuando antes tan solo eran conversaciones casi que: “soñando despiertos” hoy, ha sido una realidad que poco a poco se va agrandando con el tiempo. No sabría explicarlo, pero esos momentos de felicidad que nos regala la vida cuando todo va encaminado en nuestra vida son dignos de valorarlos y de siempre tenerlos en cuenta porque te aseguro que hay cosas, que únicamente ocurren una vez en la vida os lo aseguro…
Creedme, he estado feliz en mi vida por muchas cosas. He sentido que realmente estoy “bendecido” y me siento muy afortunado de la vida que tengo, pero sobre todo, de la que he creado. Sí, aunque no lo creas, no por tener “suerte” significa que ya esté todo hecho hay cosas por no decir(todo lo que hagas) que deberás trabajarlo a diario para que con el tiempo, obtengas todos esos resultados que tantos años llevas luchando para que ocurra. Ni te imaginas la de veces que he llorado en mi más oscura soledad porque la vida no me “sonreía” como yo quería. Afortunadamente, aprendí que la vida no siempre debe sonreírnos porque únicamente, depende de nosotros que todo en nuestra vida mejore. No importa cuanta “fe” tengas en algo que si no haces lo “imposible” o más bien lo que nadie más hace a diario, es muy poco probable que tu vida vaya muy bien encaminada que digamos…
Esto, es quizás el mayor consejo de vida que jamás nadie podría darte. Si realmente quieres algo lucha por ello. y no, no es el típico comentario para motivarte a lograr algo y detenerte después de haberlo conseguido, al contrario, eso es tan solo el comienzo de todo el camino que te queda aún por recorrer porque como ya sabes, en la vida las metas deben cumplirse una tras otra pero siempre, con nuevos propósitos y nuevos objetivos de vida. ¿El motivo? Sencillo, de no hacerlo así llegará ese momento donde comiences a dudar sobre tus capacidades tanto mentales como físicas y es donde toda esa “autoestima” y “confianza” que has ganado en ti mismo cuando nadie creía en ti, se desvanezca por completo y créeme, te aconsejo que no llegues a ese punto o ya no habrá marcha atrás…
Por experiencia propia, te digo que los comienzos son difíciles, pero peor aún, es comenzar de 0 una y otra vez hasta lograrlo. ¿Conseguiste ese reto? Perfecto es hora de ir a por el siguiente y el siguiente, y así sucesivamente. Para muchos quizás sea una obsesión, pero la realidad, es otra totalmente distinta, puesto que no hay mayor satisfacción en la vida que cuando te das cuenta de que cada cosa que te propones, la consigues.
No quiere decir con esto que a medida que progresas se vuelve todo más sencillo me refiero a que a medida que vas fortaleciendo tus conocimientos de vida y aprendes de todos y cada uno de tus errores, la manera de “enfocar” tu vida es totalmente distinta a cuando vivías “sometido” a esa “esclavitud” de tus emociones que ni tan siquiera podías controlar y a todas esas sensaciones de inseguridad constante que hacían que tu día a día, fuese una constante pesadilla. ¿Qué horror no lo crees? Quién desearía vivir de esta manera?. Todo el día triste, sintiéndose incomprendido prácticamente por todo el mundo y creyendo en más de una ocasión de que carecía de valor como persona. que gran equivocación cometí aquel día en el que dejé de creer en mí y en consecuencia me vi absorbido por este agujero negro de emociones donde la tristeza era la protagonista de mi vida y mis lágrimas ese “ruido” dentro de mi alma que me impedía seguir con mi vida…
Y sí, toque fondo tanto que sentía prácticamente que me estaba ahogando en mis propios problemas, en mi vida, en fin, en todo lo que jamás hubiese imaginado que llegaría a sentir, pero ¿Sabes qué?, pese a ello, nunca me rendí. Sabía que dentro de mí se escondía una persona valiente y atrevida que estaría dispuesta a superar todos y cada uno de sus miedos y aprendería a controlar mis emociones sin importar el tiempo que me supusiese para poder encontrar ese equilibrio emocional que a tantas personas les cuesta encontrar a lo largo de su vida...
Es una sensación así como perderse en un bosque de noche con los ojos vendados y donde tu única forma de salir de ahí “con vida” es por instinto pues precisamente así aprendí yo a salir de mi zona de confort y a “evolucionar” en cada aspecto de mi vida a base de llegar a un límite tan extremo donde mi única salida era luchar contra todo aquello que tanto temía y que sentía que era incapaz de lograrlo por mucho que lo intentase…
Sin casi fuerzas y casi sin aliento nunca, abandoné. Nunca me rendí porque sentía en lo más profundo de mi corazón que lo lograría y vaya que si lo logré
Soy y seré siempre el mayor de mis apoyos porque en mis días de soledad yo fui siempre, la mejor de mis compañías…
No se aprende de lo que olvidamos se aprende de lo que vivimos…
Josep Ramos.
Comentarios
Publicar un comentario