“El placer mental será siempre la envidia de cualquier físico, porque como ya sabes, el poder de la mente, no tiene competencia”.
Creedme, el poder de nuestra mente, es insuperable. Es esa “sensualidad” en forma de "tsunami" que arrasa por donde quiera que pasa. Sinceramente, no trates de igualar algo como lo es “el placer mental” porque una vez conoces esta increíble sensación te aseguro, que nada, tendrá competencia. Cuando ese alguien, logra “penetrar” en lo más profundo de nuestra mente te aseguro, que ya será demasiado tarde porque no habrá marcha atrás. Tratarás de evitar pensar en ello, pero te será imposible, comenzarás a preguntarte una y otra vez, que es lo que te sucede y cómo puedes hacer para escapar de ello, pero eres consciente de que literalmente, es algo imposible. Es una forma tan extrema de “control” que directamente todos, sin excepción lo único que hacemos, es dejarnos llevar porque hasta incluso sintiendo que hemos perdido el control por completo de nuestra mente, nos encanta cada vez más y más…
Es una sensación entre seducción interminable y eterna adicción haciendo que todas nuestras emociones, se conviertan en una sola y simplemente, desees más y más convirtiéndose en una cantidad de sensaciones y emociones que ni la vida, tiene la respuesta… El dominio de nuestra mente, es lo más importante que poseemos y que siempre, deberíamos tener el control absoluto de ello, pero, hay personas que son capaces que un abrir y cerrar de ojos, de pasar a vivir en lo que conocemos como: “la tierra” nos haga sentir, como si perteneciésemos a otra galaxia… Es algo tan adictivo como “aterrador” porque son tantas las sensaciones que se pueden llegar a sentir cuando alguien domina nuestra mente y todos y cada uno de nuestros pensamientos, que podemos llegar a sentir como si prácticamente, nuestra vida estuviese totalmente controlada por esa “persona” porque tiene ese “poder” de que hagamos prácticamente lo que esa persona quiere…
Por si no te has enterado aún de lo que me refiero, hablo de conocer a personas en nuestra vida que son capaces de mirarnos y “apagar” por completo nuestro mundo. Que son capaces, de abrazar nuestra alma sin tan siquiera tocarnos y de acelerar los latidos de nuestro corazón, tan solo con sentir un cálido, pero intenso abrazo de la otra persona que hace que se nos “erice la piel” tan solo con esos pequeños susurros que nos trasmite su voz con cada palabra que en lugar de escuchar lo que nos trasmiten sus labios, parece como si se tratase de una hermosa canción que no te puedes sacar de la cabeza y se repite una y otra vez de manera constante.
Lo peor no es sentir algo así tan “inexplicable” sino, que llegados a este punto es prácticamente “imposible” que podamos olvidar a esa persona, puesto que, nuestra alma les pertenece porque hace mucho tiempo, que nos han robado el corazón con la mayor muestra de amor que existe: “el dominio de nuestra mente”…
Ese control absoluto y placentero, que nos deja sin palabras y casi sin aliento. Sin saber que decir, ni que hacer hasta incluso, dudamos constantemente, de si lo que estamos viviendo, se trata de algún sueño. Pero de lo que no nos damos cuenta, es que hasta incluso en sueños, sentimos la presencia de esa persona adentrándose en lo más profundo de nuestra alma y de nuestra mente y haciendo y deshaciendo lo que quiere con nosotros a su antojo. Y no, no es un control por obligación sino por decisión personal porque, es algo tan increíble que desearíamos que cada noche ese sueño se repitiese una y otra vez…
El físico se quedó a años luz del poder de la mente porque cuando dominan tu mente todo lo demás pasa a ser secundario…
El dominio de lo que no se ve, pero se siente, la gran fuerza “oculta” para muchas personas de llegar a sentir ese “placer infinito” que existe cuando ese “alguien” consigue provocar "tsunamis" dentro de tu mente que no serías capaz de controlar ni lo que piensas, ni lo que sientes, ni aunque cierres los ojos…
“Un placer desconocido que nunca, quedará en el olvido”…
Josep Ramos.
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