“Sin lágrimas previas de emoción no valen la pena las sonrisas”.


Normalmente, no queremos comprenderlo del todo, pero si no eres capaz de vivir una vida donde tus emociones sean tan fuertes que sientas como si realmente tu vida dependiese de ello, significa que aún necesitas pensar mucho más en el tipo de vida que tienes en la actualidad y comenzar a realizar: “cambios de vida”.

Para mi cambio en nuestra vida es realmente querer aprender que todo lo que hagamos en la vida, debemos hacerlo con “pasión”. Es decir, debemos disfrutar cada día de cualquier cosa que hagamos para así entender el auténtico valor de las pequeñas cosas. Muchas veces, le damos mucha más importancia a cosas tan básicas como lo es lo material sin darnos cuenta, que está bien ese tipo de emoción durante un pequeño periodo de tiempo, pero que, sin embargo, acaba dejando de importar. Es por ello, que muchas veces no le damos el valor que se merece a una buena conversación, a una mirada de otra persona que te expresa todo lo que debes saber en esos momentos y que en cierto modo, nos hace sentirnos segur@s de nosotros mismos… Yo no sé ustedes, pero yo valoro cada pequeño instante que me regala la vida porque precisamente esos momentos que normalmente recordamos constantemente, son los que añoramos más cuando comenzamos a darle importancia a todos esos “bienes materiales” que a fin de cuentas tan solo es el motivo de una “felicidad temporal” que tarde o temprano ya no nos importa como antes…

Hace un tiempo, me preguntaba a mí mismo cuál era el motivo de mi sonrisa(pero de verdad) me preguntaba qué es lo que realmente destacaba en mi vida que fuese capaz de hacerme sentir como si constantemente estuviese viviendo un sueño de tantas emociones inexplicables y fue entonces, cuando me respondí con sinceridad. Mi respuesta obviamente fue la vida porque aunque pasen los años nunca, dejará de sorprenderme. La vida ha sido capaz en cuestión de milésimas de segundo de darme y quitármelo todo al mismo tiempo. Mi vida ha sido como estar en una montaña rusa sin fin donde pasaba de 0-100 todas y cada una de mis emociones de manera constante. Es algo así como vivir una situación extrema y que sientes esa ansia con que se vuelva a repetir una y otra vez y de repente nuevamente, caía en picado…

Seguramente, os ha pasado que a menudo no entendemos el motivo de nuestra tristeza si tenemos una vida por delante ¿Me equivoco? Bueno al menos en mi caso, todo cambió cuando comprendí que debía trabajar mucho más en mi mismo para que poco a poco, aprendiese a controlar, comprender y sentir todas y cada una de mis emociones del modo que yo quisiera en todo momento y no al revés…Por ponerte un ejemplo, muchas veces amistades y conocidos acudían a mí a contarme sus problemas y también a pedirme algún consejo para mejorar algo sobre sus vidas. Al principio trataba de mostrar mi empatía con todos y cada uno de ellos sin que nada de lo que estaba escuchando me afectase, pero inevitablemente, acababa derrumbándome con esa persona como si fuese mío el problema…

Aunque no lo crean, esto me hizo aprender muchísimos sobre las personas y sobre mi propia vida porque comprendí que siempre habrá personas con problemas mucho peores que los tuyos y habrá mucha gente con una vida “mejor”(al menos aparentemente) que la nuestra y no por ello debemos sentirnos mal por ello. Entender esto, me hizo reflexionar de tal forma en el que por alguna extraña razón, lo que yo considero como: “frialdad” se apoderó completamente de mi vida… Ojo con esto, no quiero decir que un día para el otro me dejase de importar mi propia vida o la vida de los demás, pero simplemente comprendí que haga lo que haga con vida debo hacerlo por y para mí mismo en todo momento y no para ser del agrado de las demás personas en esa constante búsqueda de la “aprobación” de las demás personas…

No cabe duda que cada día me afectan mucho menos las cosas que me suceden en mi vida precisamente porque he aprendido mucho de ella. He aprendido que el amor que se ruega es el que con el tiempo “acaba contigo”. Aprendí que la atención más sobrevalorada se llama: “tiempo” y que únicamente compartirán tiempo de vida todas aquellas personas a las que realmente les importes en tu vida…

Y al fin logré entender y comprender el significado de la palabra: “distancia”. Distanciarse de todo aquello que nos hace daño y no nos convierte en mejores personas no se llama error, sino progreso…

Lamentablemente, para nuestra sociedad actual aún le queda mucho por aprender de los valores tan fundamentales como lo son: “el respeto y la lealtad”. Respétate a ti mismo y respeta al resto para tener una vida plena sin estar constantemente juzgando al “desconocido” porque quizás esa persona algún día pueda ser alguien importante en tu vida te lo aseguro…

Sé leal a tus creencias, a tus principios y sobre todo defiende con tu vida, todos esos sentimientos tan hermosos que escondes bajo llave en lo más profundo de tu corazón y que por miedo, no siempre los muestras…

El mundo pide a gritos la “ayuda” del amor, pero no todos estamos preparados para olvidar lo que conocemos actualmente como: “dolor”…

Josep Ramos.




Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares