El amor propio está bien, pero, ¿A qué precio, si en ocasiones rozamos nuestros límites de egoísmo y de no sentir empatía por nada ni por nadie?.
Posiblemente, este sea un tema que no todo el mundo considera importante trabajarlo a diario, pero del mismo modo, trabajarlo en “exceso” también podría dañar tu vida aunque no lo creas. Lo que para mí es amor propio es haber comprendido que por encima de cualquier cosa o persona estamos nosotros siempre en primer lugar. No importa que tantas personas son para ti importantes en tu vida ni tan siquiera que tanto lo eres para esas personas porque honestamente, cuando llegas a ciertos niveles de amor propio literalmente, todo te acaba dando igual.
Comienzas a vivir una vida donde tu única preocupación eres tú mismo. y créeme, no te culpo es más, admiro esa capacidad de lograr evadirse de prácticamente: “el mundo entero” y únicamente preocuparte por tu bienestar personal en todo momento. Sinceramente, yo he sido esa clase de personas durante algún tiempo. Sin desearle el mal a nadie, pero sin preocuparme en absoluto por la vida de los demás ¿Me convierte eso en una persona egoísta? Puede ser, pero cuando pasas tantos años de tu vida dándolo todo y más por personas de las que solo recibes un triste y forzado: “gracias” lo último en lo que piensas es en si realmente le estás haciendo daño a alguien por solamente pensar en ti mismo…
Créemde cuando os digo que no es fácil reconocer algo así. No es para nada plato de buen gusto decir abiertamente: “solo preocupo por mi mismo”. Una afirmación como esta, puede clasificarte en cuestión de segundos en que eres una persona: insensible, que careces de emociones, fría hasta incluso pueden llegar a pensar de ti que nada te afecta, pero, resulta que es todo lo contrario…
Me preocupo únicamente por mí mismo porque sé lo sentimental que soy y que todo lo que hago por las personas lo hago prácticamente la “vida” en ello. Yo podré estar peor que tú que si veo que necesitas mi ayuda la tendrás. Podré estar pasando por el peor momento de mi vida que si en algún momento necesitas mi hombro para llorar ahí estaré aunque sienta que cada gota de tus lágrimas se sienta como un océano de las mías dentro de mí, pero que las mantendré en silencio en ese instante porque sé que me necesitas más de lo que me necesito a mí mismo y mis “preocupaciones” puede esperar…
Es por eso, que he decidido no ofrecer mi apoyo incondicional a nadie por la sencilla razón de que nunca lo valoran lo suficiente. Basta con equivocarte y hacerle daño a esa persona que se olvidará de todas esas veces en las que estuviste ahí para esa persona cuando más necesitaba ayuda y eras tú su único apoyo…
Y es que, cuando peor lo pasamos en nuestra vida más nos acabamos dando cuenta de que solo nos tenemos a nosotros mismos para: “auto sanarnos”. Cuánto más pasa el tiempo y acumulamos más “decepciones” nos damos cuenta de que nada es más importante que nuestra salud mental y que el tiempo pasa demasiado deprisa como para estar preocupándonos constantemente por personas que nunca se han preocupado por nosotros…
Es algo así como darte cuenta de que por “interés” tendrás a tu lado a los más “necesitados” y por amor y respeto hacia ti tendrás a tu lado los “indicados” de ahí, la importancia de aprender a reconocer a esas personas que realmente nos quieren por quién somos en todo momento y no por todo lo que tenemos que ofrecer porque aunque aún muchas personas no sean conscientes, nuestra sociedad actual se mueve por puro interés… Según lo que tengas para ofrecerle al mundo serás tratado de una forma u otra es triste, pero es así. Y no, en un mundo donde existe tanta hipocresía, dolor, y sobre todo odio no podremos hablar nunca de “igualdad” porque no somos iguales…
Podremos como seres humanos tener más o menos valor dependiendo de a quien le preguntes, pero si todas las personas fuesen tratadas por igual, no habría tanto odio y tanto dolor acumulado en este mundo…
En un mundo de corazones grises donde todos sueñan con un: “arcoíris de emociones” pero, sin embargo, se han acostumbrado a la oscuridad de sus sentimientos y a esa maldita “obsesión” que poseen algunas personas, que creen que el dolor y el daño debe ser respondido de la misma manera y de lo que no te das cuenta es que, tu respuesta hacia el dolor no expresa cómo te sientes por ese daño que te han hecho sino que tan solo muestra la persona que eres en realidad cuando tus acciones demuestran lo contrario…
Tener empatía es pensar antes de actuar si esa acción que estás a punto de hacerle a alguien porque te hizo daño del mismo modo, no te está haciendo daño a ti mismo…
Josep Ramos.
Comentarios
Publicar un comentario