“Si no son lágrimas de emoción no las necesito porque yo decido mi camino y ese camino ya está escrito”...
Es difícil darse cuenta te lo aseguro. Es complicado parar y procesar todo lo que has vivido a lo largo de tu vida para llegar a ese punto de transición en el que ya no aguantas nada de nadie. Con esto, me refiero a que demasiado has tenido que soportar de personas que luego resultaron que nunca te valoraron y preguntabas: ¿Por qué seguían en mi vida? Bueno, la respuesta a esa pregunta es sencilla simplemente, le dabas más valor a esas personas que a ti mismo y en consecuencia, siempre pensabas que la culpa de todo era solo tuya…
De los errores aprendí dos cosas que en mi opinión son fundamentales: “aprender a cometerlos” y aprender a “procesarlos”. Lo primero te dará esa “libertad” que todos los seres humanos necesitamos para quitarnos esa constante “presión” por decirlo de algún modo de querer hacer todo al “milímetro”. Esa maldita costumbre de tratar a la otra persona como si fuese de “cristal” para que con el tiempo, esa persona acabe hecha pedazos por tú no saber valorarla como se merecía. Es probable que no lo entiendas o que hasta incluso te preguntes que tiene de malo el tratar a alguien así pues, quizás al principio te parezca todo muy bonito y llevadero, pero con el tiempo, sabes que en algún momento, cometerás un error. En algún momento te equivocarás en algo y es cuando te llevarás una de tantas decepciones provocadas por ese “alguien” el cual lo teníamos en un pedestal como si de alguien inalcanzable se tratase…
Te digo esto para que entiendas que, debes tener claro qué… ni tanto, ni tampoco. No puedes hacer como si la otra persona no te importase en absoluto ni tampoco seguir dándole prácticamente: “tu propia vida” si esa persona no lo valora en absoluto. Ahora no vayas a venirme con la típica excusa de que: “quieres mucho a esa persona”. Porque simplemente, te diré que cuando cualquier tipo de amor (sea el que sea) se convierte en algo “obsesivo” simplemente te das cuenta de que no es sano para ti…
Comienzas a sufrir más de la cuenta, comienzas a sentir esas “desconfianzas” creadas por tu propia mente que no te dejan ver más allá de la pura realidad porque tan solo se trata de tus inseguridades tomando el control de esa “relación” y por si fuese poco, estás permitiendo que hasta dudes de ti mismo en más de una ocasión (con lo mucho que te ha costado ganar esa seguridad en ti mismo)…
Es por ello, que no pasa nada por equivocarse ni cometer errores y si la otra persona no “acepta” tus equivocaciones perfecto, sigan su camino por separado y ya está. Menos preocupaciones, menos dramas innecesarios y sobre todo, menos posibilidades de fomentar y crear un “odio” innecesario por alguien que su momento, querías tanto…
¿Sabes cuál es el principal motivo por el cual las personas aprendemos a odiar mucho antes que a amar a las personas? Porque no las conocemos lo suficiente y desde que algo nos daña(teniendo o no la culpa) ese pequeño “error” es multiplicado x20 porque en cierto modo, es más fácil olvidar a quien nos hizo daño que a quien nos quiso de verdad y personalmente, sigo sin entender por qué…
Lamentablemente, nos ha tocado vivir una etapa en nuestra sociedad actual donde valoramos más a las personas que nos dañan que a las que nos aman de verdad porque de no ser así, no viviríamos largos años de nuestra corta vida sufriendo por personas que únicamente aparecieron en nuestra vida para hacernos daño…
Es preocupante, pero así es la vida, unos sueñan con el amor y otros con ser ese reemplazo porque creen que son mejores personas para tu vida. sin embargo, luego están ese tipo de personas que sueñan con algún día encontrar el “amor de sus vidas” pese a tener innumerables cicatrices debido a cada “fracaso amoroso” ¿No será que la vida nos pone a prueba constantemente para saber que tanto hemos aprendido de nuestros errores?...
Josep Ramos.
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