Si el dolor no saca la mejor versión de nosotros mismos, ¿Qué sentido tendría sufrir?

Comenzaré diciendo que… a nadie le gusta sufrir es más, hay que estar lo suficientemente “loco” para que te guste sufrir. Honestamente, aunque suene algo raro, yo soy de ese tipo de personas que realmente les gusta el sufrimiento. Lo creas o no, eres quién eres hoy en día por lo que has sufrido, por todo lo malo que has vivido y por todas esas cosas y situaciones que te ha tocado vivir y que literalmente te han “marcado” de por vida. Te diré algo ¿A qué con el paso del tiempo sientes que cada día que pasa eres totalmente diferente al día anterior? Aprendes cosas nuevas, vives momentos que te han dejado sin aliento y que recordarás toda la vida y hasta incluso le das mucho más valor a todo aquello que hace realmente feliz.

Quizás sin darte cuenta, pero, cambiaste y aunque a veces no sintamos que estamos siendo la mejor versión de nosotros mismos, es de lo más normal caer y levantarse una y otra vez. No siempre vamos a poder estar al 100% ni tampoco debemos pretender estarlo honestamente, es algo que agota tu mente y que lentamente puede acabar con tu vida, te lo aseguro…

Volviendo a lo que te comentaba acerca del sufrimiento, pienso, que no es que sea necesario para tu vida, sino que es de vital importancia. Es prioritario que entiendas que nadie va a nunca salvarte, es decir, tendrás a muchas personas que traten de ayudarte con tus problemas, que traten de entenderte y hasta incluso, ponerse en tu lugar pero si no apoyas a alguien por su sufrimiento que tú previamente no has vivido en tu vida nunca vas a saber lo que se siente de verdad, por lo tanto, si quieres ayudar a alguien que está pasando un mal momento de vida mantén la distancia, créeme, es la mejor ayuda que puedes brindar a esa persona te lo aseguro.

No te das cuenta de que tipo de sufrimiento estás viviendo hasta que lo enfrentas en soledad. No comprendes la gravedad de lo que te está sucediendo hasta que no te queda de otra que buscar una solución a ese problema o acabará contigo. Escúchame bien lo que te estoy diciendo, he vivido todas y cada una de las situaciones de mi vida en la más absoluta soledad porque pese al apoyo de mis amigos y familiares, no era suficiente. 

Del sufrimiento aprendí que nunca somos lo suficientemente valientes hasta que la vida nos pone a prueba de verdad diciéndonos: “¿y ahora qué? En ese momento, ya no hay marcha atrás y tanto tu mente como tú tienen claro que o mueres en el intento de afrontar y superar eso, que tanto daño te hace o logras superarlo y continúas con tu vida sí, así de “cruda” puede ser la vida y es que es una realidad simple y compleja al mismo tiempo porque bien te dije antes, nadie va a venir a salvarte.

Ahora te toca a ti ser tu propio hombro para llorar cada vez que lo necesites, ahora eres tú el único responsable de lo que te sucede en tu vida a diario y solo tú podrás tomar las decisiones que debas tomar(sean o no las adecuadas). Te aseguro, que no hay mayor forma de sentirnos libres que por fin tomando nuestras propias decisiones. Sin miedo al éxito y mucho menos al fracaso, porque a base de cada sufrimiento eres la persona que eres hoy…

No me cansaré nunca de decirlo: ningún ser humano conoce el significado de la palabra: “libertad” hasta que comienza a superar todas y cada una de las adversidades que le impone la vida. Una vez lo logras, te conviertes en alguien indestructible, tanto física, como mentalmente y te aseguro, que pocas cosas podrán afectarte después de llegar a ese estado…

Te tocará hacer un largo viaje solitario por ese lugar llamado: “sufrimiento” te tocará ponerte a prueba constantemente y darte cuenta de lo débil que eres realmente y que tu “ego” no es más que tu coraza para tratar de “camuflar” la persona que eres en realidad, pero cuando toca afrontar la vida tal y como nos viene ahí la cosa cambia. La prepotencia y el egocentrismo pasan a segundo lugar. De nada sirve creerte un “Dios” si ni tan siquiera conoces el camino hacia el Olimpo. De nada te servirá creer que lo tienes todo controlado cuando el simple hecho de sufrir te da “pánico”. 

Eres consciente de que has perdido el control de tu vida muchas veces y no quieres que eso vuelva a pasar. Te ha costado, pero nunca te has rendido. No has permitido que tus problemas puedan contigo y ese coraje y valentía que escondías dentro de ti, por fin, ha salido a luz y ahora te acompañará el resto de tu vida porque esta nueva versión de ti mismo es la que realmente siempre ha estado ahí tan solo que de una manera “invisible” entre las sombras de tus miedos abrazándote fuertemente, pero que tú, sin embargo, no podías sentirlo porque eras demasiado débil…

Ahora, todo eso ha cambiado, eres tu mejor versión forjada a bases de sufrimiento y lágrimas pero con un objetivo claro: “Tener siempre el control de tu vida”…

Rodeado de un mundo repleto de oscuridad donde solo “yo” ´sé encontrar esa luz que guie mi camino para así nunca perder el rumbo…

Josep Ramos.



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