Tengo la fortaleza de cuando reír y de cuando llorar. Tengo la fortaleza de cuando sentir y cuando odiar. Es por ello, que mis problemas me los guardo para mí no porque no merezcan ser compartidos, sino porque solo así, es cuando aprendes que, de toda debilidad, nace la mayor de las fortalezas...


Seguramente, creerás que soy de esas personas que ni siente ni padece. Alguien, capaz de dar consejos y dar lo mejor de sí mismo a los demás, pero que, sin embargo, mantiene sus emociones prácticamente “intactas” pues, permíteme decirte que te equivocas y mucho. Honestamente, no hay en el que no tenga que luchar contra mis emociones. No hay momentos en los que no tenga que “recordarle” a mi mente que ningún pensamiento negativo podrá conmigo y que yo soy el que decido cuando me siento bien y cuando no tanto, pero pese a ello, reconozco que es muy difícil mantener un equilibrio, ya que a todos nos ha pasado alguna vez el sentirnos que ya no podemos más.

Sentimos, la “necesidad” de abandonar. De dejarlo todo a un lado y olvidarnos del mundo por un instante y es que, por muy corto que pueda llegar a ser ese momento en el que literalmente te olvidas de todo en ocasiones, se agradece. Nadie, nunca va a entenderte mejor que tú, nunca nadie va a saber posicionarse ni entenderte lo suficiente, salvo tú al fin y al cabo, nadie te conoce mejor que tú. Es por eso, que yo, al igual que todos ustedes, necesitan de cuando en cuando lo que yo denomino como: “desintoxicación social”. Literalmente desconectar de prácticamente todo. Teléfono, redes sociales, y cualquier tipo de comunicación que provenga de cualquier fuente externa. Te invito a probarlo, te aseguro, que te ayudará mucho más de lo que crees. 

Este tipo de ejercicio, lo hago a menudo precisamente porque en ocasiones dudo de la “realidad” en la que vivimos. En cierto modo, todos nos hemos “creado” un personaje, o más bien, una versión de nosotros mismos que no tiene nada que ver con quién somos en realidad. Tratando de encajar en una sociedad que ni tan siquiera encaja consigo misma. Creyendo así, que estamos haciendo lo correcto porque seguimos los pasos de los demás cuando lo verdaderamente importante en la vida es hacer lo que realmente sientes en todo momento…

No por sentirnos mal un día significa que es el fin del mundo ni tampoco, debemos pretender que todos los días tendremos la mejor de nuestras sonrisas, pero es que la vida es tan imperfecta como real y es ahí, donde se encuentra la verdadera belleza: “en sus imperfecciones”. Es por ello, que si me preguntas como me siento y en esos momentos me siento mal te lo diré sin dudarlo dos veces y del mismo modo, cuando me sienta pleno y feliz conmigo mismo también. No me importa si me consideras vulnerable por expresarme en todo momento como me siento y siendo tan transparente, puesto que, mi mente está demasiado preparada para soportar cualquier tipo de tormenta. Muchas personas temen a mostrarse tal como son y tratan de mantenerse “fríos” como el hielo como si no sintiesen nada en absoluto por nada ni por nadie, pero este tipo de actitudes tan solo demuestra la infinidad de inseguridades que cargan a sus espaldas y créeme cuando te das cuenta de ello, duele y mucho la verdad…

Es por ello, que motivo a todas esas personas que se sienten insuficientes a creer más en sí mismos y a cultivar una vida llena de positivismo, pero del mismo modo, que sean realista consigo mismos. Ambos polos totalmente opuestos pero necesarios en nuestro día a día. No te mientas, no te juzgues ni tampoco trates de justificar tus actos, recuerda, cada acción conllevará una consecuencia, pero lo que no puedes hacer es tratar sobrellevar todo lo mejor posible si ni tan siquiera eres capaz de controlar lo que sientes, lo que te hace daño y sobre todo, lo que te hace feliz…

Vivir en una vida llena de engaños tan solo nos acerca un poco más a un mundo lleno de hipocresía y de mucho dolor…

Recuerda que eres y serás siempre la mejor de tus versiones, pero siempre, con pequeños puntos de mejora. Algo así como si cada cierto tiempo, tuvieses la obligación de hacer una: “actualización mental” y mejorar cada día un poco más.

La vulnerabilidad es tan solo un periodo de tu vida donde crees no poder con nada cuando la realidad, es que siempre has podido y podrás con todo…

Sonríe, recuerda que dentro de ti se esconde la mayor de tus virtudes, tan solo, debes aprender a cómo hacer que se conviertan en una hermosa realidad…

Josep Ramos.



Comentarios

Entradas populares