Una persona de éxito entiende la importancia del fracaso y lo ve como algo positivo y esencial en nuestra vida. Una persona fracasada, trata de entender una y otra vez el motivo de su fracaso.
Es así de sencillo cuanto más lo sufres y cuántas más veces te equivocas antes triunfas de eso, no te quepa la menor duda. No hagas caso a aquellas personas que te dicen como hacer las cosas que creen que lo saben todo sobre la vida dándote consejos de algo que ni tan siquiera ellos harían y aunque te cueste creerlo muchas veces, la voz de la experiencia no es la más acertada. Te digo esto porque en algún momento, pensé que nuestros mayores siempre tenían la razón. Que esa “experiencia” era el resultado de haber sufrido en infinidad de ocasiones y que, por ello, tenía mucho que aprender de todos ellos. Con el tiempo, me di cuenta de que no era así, me di cuenta de que cada persona vive su vida a su manera y que los tiempos cambian(y cada vez más deprisa) entonces, no podemos comparar la mentalidad de nuestra sociedad actual que la de hace 40 años.
Entiendo, que para ti no tenga mucha lógica y que consideres que las personas que son mayores que nosotros siempre tienen la razón y que podemos aprender mucho de la vida a su lado, pero no siempre es así. Hay personas, que no avanzan y que toda su vida seguirán con la misma mentalidad. Aunque parezca algo insignificante marca mucho la diferencia el seguir creciendo como persona y siempre tratando de saber más y más. Eso nos convierte en personas mucho más atentas, curiosas y sobre todo, que nunca se rinden. Gracias a estos hábitos de esfuerzo y sacrificio diario es cuando entiendes que nada es “gratis” y que todo tiene un precio y que, normalmente, pagaremos un alto precio por lograrlo(si es que realmente lo queremos) de lo fácil, nunca nos acordamos al igual que nunca nos acordamos de lo positivo de nuestras vidas algo, que me hace sentir como si el mundo fuese en otra dirección. Recordamos aquello que nos hace daño, que nos ha hecho cambiar de forma de ver la vida y, sin embargo, de todo aquello por lo que luchamos a diario, que no desistimos y que no le contamos a nadie sino que simplemente luchamos y luchamos hasta lograrlo nos limitamos a permanecer en silencio como si no tuviese importancia.
En mi opinión creo que deberíamos reinvertir ese tipo de pensamiento y darle realmente el valor que merece a lo que hacemos por nosotros mismos a diario. Esas veces en las que no quieres seguir estudiando y estudias. Esos días, en los que te sientes cansado y frustrado contigo mismo, sin ganas de entrenar y aun así lo das todo en ese entrenamiento. Y todas esas veces, en las que sentimos que nuestro día no puede irnos peor y aun así, no perdemos la sonrisa esos, son los días que realmente cuentan y de los que los valoramos muy poco…
En días de tormenta se conoce a los que realmente lo quieren, en días soleados todo el mundo sonríe creyendo que su felicidad va a ser eterna, siendo conscientes de que tarde o temprano, el día puede cambiar en una cuestión de segundo, pues eso, es lo que debemos aprender a adaptarnos pase lo que pase. Hay muchas cosas que se escapan de nuestro control y no podemos hacer nada para evitarlo y solucionarlo, es por ello, que en lugar de que cada problema te limite la vida, aprende a vivir con esos problemas encontrando poco a poco una solución. Nada es para siempre, ni el amor, ni el odio, ni la vida, ni la muerte, por lo tanto, si todo lo que vivimos, sentimos y soñamos tiene “fecha de caducidad” aprendamos realmente a saber por qué vivir sin preguntar el cómo, aprendamos a querer sin esperar la misma forma de querer y sin duda alguna, debemos normalizar de una maldita vez esos momentos en los que sentimos que el mundo, se nos viene literalmente encima. Manifestar como te sientes en todo momento, es la clave para lograr todo lo que te propongas en la vida.
No sirve de nada alejarse, llorar en soledad durante horas ni tampoco, tratar de buscar esa “respuesta” a todo lo que nos afecta. Si existe un consejo de vida que al menos a mí literalmente: “me cambió la vida” fue el siguiente: “vive tu vida como si nunca fuese a llegar ese último día de vida, llora, ríe, siente y reflexiona, pero bajo ningún concepto ni ninguna situación permitas ni que tu mente se apodere de tu vida ni que por nada del mundo sigas a delante. Recuérdalo siempre porque hay veces, en los que no somos conscientes del poder tan grande que existe en ver la realidad que nos rodea y pese a las adversidades, seguir a delante…
El poder de creer en ti derrota todos tus miedos y alimenta todas y cada una de tus ganas de vivir, por tanto, escúchate un poco más y silencia un poco más tus miedos a base de lo más fundamental de nuestra vida: “Creer en ti mismo” …
He conocido la belleza en el amor, la abundancia en mis momentos de soledad, y el sentido de mi tristeza cuando el amor propio no era suficiente. Ahí fue cuando entendí y comprendí, que únicamente me tendría a mí mismo el resto de mi vida, porque en los momentos más complicados de nuestra vida tratar de ser comprendido por alguien que ni tan siquiera ha encontrado su camino era una pérdida de tiempo.
En el camino correcto o quizás en el equivocado, pero si de algo estoy seguro es que jamás, tomaré la decisión de rendirme porque hasta incluso cuando creía que ya no podía más por alguna extraña razón, lograba seguir a delante.
Es algo así como una señal de la vida diciéndonos que hemos llegado a este mundo para lograr grandes cosas.
Sin excusas y con la mente puesta en el objetivo…
Josep Ramos.
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